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Analistas 17/04/2022

El matón del curso

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group

En la vida escolar es donde se conoce de la vida más allá del cuidado y la protección de la familia, es allá donde se aprenden canciones, números, vocales letras y palabras, se obedece las órdenes de los profesores para hacer fila, esperar turno y pedir permiso para ir al baño.

Por su parte los niños encuentran almas parecidas y sin ser consientes de los principios y valores impartidos en la educación de sus hogares y es así como los infantes buscan a sus pares para disfrutar de sus juegos inventados, chistes y conversaciones mágicas e inimaginables. El nivel de esa empatía natural supera cualquier condición terrenal de género, creencia religiosa, condición económica, sociocultural, filiación política o nacionalidad.

En ese escenario también se notan las personalidades que brotan con la misma naturalidad, de la misma forma con que los compañeros reconocen las características únicas y les otorgan un rol y un puesto valioso en su mundo. Ahí sale el amigo que organiza, el que es solidario, el que se preocupa, el deportista, el que canta, el chistoso, el que ayuda, el negociador, el que no le cree al profesor, el que analiza; todos caben y todos tienen su valor intrínseco.

Con el paso del tiempo afloran las preocupaciones y complejos de los padres y entornos; poco a poco afloran comportamientos como la competencia por la tenencia de juguetes o la ropa, afloran mentiras y fantasías y de la misma manera aparecen los que necesitan imponerse con la amenaza, el miedo y la violencia de palabra y de hecho. Esta es la realidad que cada vez es más conocida, pero también cada vez más violenta y con impactos graves en las personas y grupos.

Haciendo un parangón escolar con los precandidatos y candidatos en las elecciones presidenciales en Colombia se puede, de forma empírica, analizar los diferentes perfiles reconociendo fortalezas y debilidades que en ocasiones los mismos candidatos no son conscientes o no les parecen relevantes. Un ejemplo son los de egos que no les permite aceptar ningún acuerdo o entender que los triunfos colectivos e incluyentes son más inteligentes y cada vez más necesarios. Por otra parte están los despistados, los ingenuos y /o los mal asesorados que están inmersos en una nube de humo pretendiendo ser.

No menos importantes son los matones del curso que con sus amenazas, con su capacidad real de daño, con su historial “exitoso” y con sus compinches pueden doblegar a los que quieren humillar para controlar y satisfacer su precariedad. Siempre haciendo daño y rodeados por sus hienas que por su carencia de principios tampoco les profesan lealtad a sus jefes.

El resultado en la escuela o en las elecciones por ningún motivo puede dañar nadie, quitarle a nadie, herir a nadie , coartar a nadie por el contrario debe tener la capacidad de respetar, sumar, unir bajo unos principios éticos.

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