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Hidroituango, Chirajara, Hisgaura, La Pala. Estos son los nombres de proyectos de ingeniería colombiana cuyas fallas en el transcurso de un año han tenido como consecuencias 15 muertos, inmensas pérdidas económicas e importantes retrasos en el desarrollo de la infraestructura de cuarta generación del país (4G).
Cada uno de estos casos ha suscitado debates e investigaciones para determinar las causas de sus fallas, encontrándose que en todas ellas ha habido problemas en las etapas de diseño y de construcción de las obras. Como resultado de estos hallazgos, la ingeniería civil de nuestro país ha sido cuestionada, particularmente en su competencia para la ejecución de obras de infraestructura 4G. Aunque los errores técnicos son innegables, el debate no está completo sin examinar la responsabilidad de los mecanismos de control y los aspectos contractuales y operativos en las fallas de estos proyectos.
En los casos de Hidroituango, Chirajara e Hisgaura, los diseños iniciales fueron modificados por sus contratistas y aprobados por las interventorías. A pesar de esto, los estudios realizados por comisiones de expertos luego de las fallas mostraron que estos diseños tenían deficiencias. Esto demuestra que los mecanismos actuales de selección no están asegurando que las firmas posean la competencia para realizar diseños de obras de infraestructura 4G.
Una forma de fortalecer los mecanismos de control en las obras y prevenir este tipo de situaciones es involucrando expertos reconocidos durante del proceso de diseño y selección de proponentes, como se realizó recientemente con la firma Modjeski and Masters, luego de la falla del puente Chirajara. Así mismo, también es conveniente crear una comisión nacional especializada, de ingeniería, de la cual formen parte no sólo ingenieros de reconocida trayectoria, sino también miembros expertos de la academia, como los que formaron parte de la comisión que visitó Chirajara días después de la falla. La participación de la academia es fundamental, puesto que permite la transferencia de conocimiento y del estado del arte de la ciencia a los proyectos, permitiendo tener diseños más competitivos y sostenibles en la infraestructura 4G.
Respecto de los actuales esquemas de contratación y operación, estas cuatro fallas muestran que las leyes y regulaciones vigentes para la contratación de infraestructura en el país no pueden ser utilizadas para obras 4G, y que es necesario formular un esquema más estricto que asegure las competencias técnicas para la ejecución de las obras.
El esquema actual tiene deficiencias que van desde la forma como se acredita la experiencia técnica, hasta la excesiva autonomía a contratistas que lleva a que se ignoren opiniones técnicas para alcanzar plazos de entrega poco realistas, que en muchas ocasiones fueron fijados por falta de experiencia en la etapa de diseño. Hidroituango es el ejemplo de este segundo aspecto, tal como fue mostrado por el informe elaborado por la Universidad Nacional en septiembre de 2018.
Como país aún estamos pagando un alto costo por estos errores, donde gran parte de la responsabilidad se desprende de la forma en la que estamos escogiendo y vigilando a las empresas que encargamos de la construcción de la infraestructura 4G. Es momento de hacer un alto y corregir el rumbo que hemos seguido.
