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Analistas 26/10/2022

Nuevos nubarrones complican panorama

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

Desde hace más de un año, en el centro de estudios económicos Anif hemos venido llamando la atención sobre los problemas estructurales que el nuevo gobierno, fuera cual fuera el elegido, tendría que enfrentar en materia económica. Problemas que se empezaron a consolidar de forma importante a principios de este año. Principalmente, un panorama fiscal complicado, un amplio déficit externo, un crecimiento insostenible de la demanda interna y una inflación que no cede a causa de factores tanto externos como propios del país.

Sin embargo, en los últimos meses han surgido factores nuevos que están tomando un papel determinante y que, sumados a una situación mundial difícil, complican aún más nuestro panorama económico.

En primer lugar, nos referimos, por supuesto, a la devaluación del peso. Entre junio y octubre, la moneda colombiana está entre las más devaluadas del mundo, con un nivel cercano del 25 por ciento. Ya sabemos que las políticas monetarias contra cíclicas de los Bancos Centrales, especialmente de Estados Unidos, han ampliado las probabilidades de una recesión global de la que Colombia no está exenta, pero además crean apetito por el dólar generando mayores presiones al alza de su precio alrededor del mundo.

Sin embargo, es un hecho que también existen factores internos que han afectado negativamente nuestra tasa de cambio. El comportamiento del peso se modificó radicalmente desde el triunfo del nuevo gobierno. Hasta junio, nuestra moneda estaba en un rango normal e incluso mostraba una leve revaluación de 4%, pero desde entonces el peso se ha devaluado, como dije, en 25%.

Esa situación tiene implicaciones gravísimas sobre la deuda, sobre la capacidad de financiamiento del gobierno y, en el mediano plazo, seguramente va a terminar perjudicándonos a todos a través de mayores impuestos. También debemos considerar que gran parte de esa devaluación se va a comer el nuevo recaudo que alcance el gobierno con la reforma tributaria.

Eso nos lleva al segundo punto: el encarecimiento de la deuda. Nuestra deuda ha perdido competitividad y eso surge de un panorama de gran incertidumbre que se ha generado especialmente en los dos últimos meses debido a una serie de anuncios bastante contradictorios por parte del gobierno. Y no solo contradictorios, sino también en contravía de la inversión, especialmente en los sectores de salud y minero energético.

Este último es quizá el más importante de todos, porque significa una fuente importante de divisas y de ingresos fiscales. Cuando se anuncia que no se van a permitir nuevas exploraciones o cuando se anuncian los duros impuestos de la reforma tributaria para el sector, los mercados se ponen nerviosos. ¿Por qué? Pues porque este es un país cuyas divisas e ingresos fiscales dependen del petróleo, carbón y otros productos energéticos. Si se va a frenar su explotación y exploración, la capacidad para pagar la deuda y consolidar la situación fiscal se va a ver gravemente afectada. La deuda entonces se encarece y a la hora de la verdad todos los colombianos terminaremos pagando mayores impuestos.

Concluyo diciendo que los buenos esfuerzos que se han hecho por tratar de consolidar la situación fiscal se están viendo nublados por unos anuncios bastante erráticos en materias que son esenciales para la sostenibilidad económica del país.

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