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Analistas 16/03/2021

Informe Sars-CoV-2, cierre del primer año de pandemia

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

Ha pasado poco más de un año desde el día que se detectó el primer caso de SARS-CoV-2 en Colombia. En ANIF, hemos hecho un seguimiento juicioso de la evolución del virus en el país, desde cómo el sistema de salud se ha adaptado a las condiciones de la pandemia, pasando por las decisiones institucionales, hasta llegar al punto que más nos interesa, los impactos socioeconómicos que se han generado por las estrategias de contención. En el ejercicio quisimos aportar, con base en evidencia y análisis, herramientas para una toma de decisiones más informada que lograra hacer contrapeso a muchas determinaciones que, a nuestro juicio, fueron por completo arbitrarias. Para dar continuidad al trabajo que llevamos a cabo a lo largo del 2020 y generar insumos para las discusiones actuales y venideras, iniciamos este nuevo año con una publicación semanal, cada viernes, que hará seguimiento a datos epidemiológico y profundizará en los impactos económicos del Covid en el nivel nacional, regional, departamental y municipal.

Algunos datos de contagio y muertes

Para comenzar esta primera entrega damos un panorama general de los últimos datos epidemiológicos a nivel nacional. Como se puede ver en el gráfico, en Colombia los datos de contagio mostraron una disminución durante el último mes y se han mantenido estables. Por otra parte, el indicador de muertes como proporción de los nuevos casos de contagio se estabilizó alrededor del 2.7%, 4pp más que el mundial.

Ahora, si hacemos un análisis epidemiológico comparativo entre diez de las principales ciudades del país con corte marzo de 2021, se puede ver que casos como el de Bogotá son muy llamativos, por no decir preocupantes. La capital se encuentra en la peor situación en términos de contagios y muertes, pese a ser reconocida por haber implementado las medidas restrictivas más severas. Esa realidad, además, es más significativa si tenemos en cuenta algunos análisis de producción y empleo que presentaremos a continuación.

Economía y mortalidad
Para nadie es un secreto que la llegada del virus SARS-CoV-2 sumió a Colombia en la crisis más profunda de su historia reciente. La cifra de crecimiento económico para 2020 así lo confirmó, la contracción de -6.8% se posicionó como el peor registro desde que existen datos comparables. Un resultado que no es más que el reflejo de la crisis que generó el coronavirus. Las medidas de contención, que se redujeron casi que exclusivamente a aislamientos preventivos obligatorios, generaron un escenario muy complejo, entre pérdida masiva de empleos y caídas estrepitosas de la demanda y la producción.

En ANIF hemos sido enfáticos al afirmar que se deben superar definitivamente las cuarentenas estrictas. En principio fueron medidas adecuadas, ya que le dieron tiempo al sistema de salud para adaptarse y aprender de la enfermedad, pero ahora que hemos conocido y tratado con ella nos sorprendió la noticia con la que nos recibió el 2021, nuevos cierres estrictos y sectorizados en las principales ciudades del país. En esta ocasión, si bien el Gobierno Nacional estableció directrices para reducir la movilidad de la población en horas de la noche en ciudades con más del 70% de ocupación de camas UCI, los mandatarios locales fueron quienes decretaron el grado de severidad de las medidas en cada ciudad. Sobre la base de ese mandato, los alcaldes de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali optaron por recurrir nuevamente a la implementación de cuarentenas en la ciudad. Para el caso de Medellín y Cali las medidas sólo tuvieron vigencia para el fin de semana de reyes (del 7 al 12 de enero de 2021). Bogotá, por su parte, desde el 3 de enero hasta el 2 de febrero, experimentó diferentes cierres en las localidades que reportaban mayor número de contagios y menor disponibilidad de camas UCI.

Lo primero que hay que decir con respecto a esas decisiones es que desde ANIF hemos demostrado, gracias a modelos de comparación internacional, que no hay evidencia contundente que ratifique que cierres más estrictos conduzcan a mejores resultados en términos de mortalidad. Lo segundo, es que sí hay evidencia del impacto que generan las medidas restrictivas en los ingresos y el bienestar de los hogares. De hecho, la pérdida de ingresos laborales en enero fue de $1.73 billones, la más alta desde septiembre de 2020. Recordemos que en diciembre de 2020 la cifra fue de $1.44 billones. Ese monto, además, es superior a las pérdidas que se percibieron en marzo de 2020, al inicio de la emergencia sanitaria, cuando se registró una caída de $1.58 billones.

Por otra parte, si damos una mirada a las cifras del mercado laboral de enero, el análisis por ciudades demuestra que las medidas restrictivas tomadas a finales de 2020 y comienzos de 2021 tuvieron peores consecuencias en los principales centros urbanos, puesto que fue allí donde fueron más estrictas. Solo por traer unas cifras que sorprenden, las 5 ciudades más importantes del país (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga) en conjunto representaron el 48% del total en la caída de ocupados a nivel nacional. Con eso, contribuyeron con un 50% en la pérdida de ingresos laborales totales en el mes de enero. Pero no podemos dejar de mencionar la dinámica que separa a Bogotá del resto de ciudades. Mientras que la capital representa el 18% del total de ocupados en el país, fue responsable por el 25% de las perdidas en el total de ocupados en enero. Algo similar ocurre con los niveles de ingreso laboral, pese a que Bogotá representa el 26% del total nacional de ingresos laborales, fue responsable del 37% de la pérdida total de ingresos. Situación que contrasta con ciudades como Medellín, que representa el 8% de ocupados y el 11% de ingresos laborales, y sólo fue responsable del 7% de la caída en número de ocupados y del 10% de la pérdida de ingresos.

Esas cifras son particularmente dicientes si tenemos en cuenta, como mencionábamos antes, que el sacrificio de la capital, en términos comparativos con otras ciudades, no ha conducido a mejores resultados en cuanto a contagios y muertes. Además de encontrarse en el peor escenario si se observa la relación entre la caída en la ocupación y el número de muertes, o la relación entre la producción y las muertes.

Por otra parte, los resultados más recientes de la Encuesta Pulso Social del DANE revelan algunas de las percepciones que tienen los hogares colombianos con respecto a su situación económica en el inicio del 2021. Además, da luces sobe la difícil situación que muchos atraviesan. Se evidencia una situación que preocupa, en ciudades como Bogotá, Montería y Barranquilla, que siguen presentando tasas de mortalidad altas con respecto a otras ciudades del país, muchos hogares manifestaron no poder tener 3 comidas al día. Con eso, queremos insistir en que es hora de superar el falso dilema entre salud y actividad económica, hay que buscar medidas que protejan a los ciudadanos y que no pongan en riesgo la actividad productiva. Decisiones arbitrarias, a la larga, sólo producen desempleo y pérdida de bienestar para los hogares, sin mayores impactos en términos de salud.

Consideraciones finales
No podemos dejar de mencionar que el panorama general de la evolución del virus y su impacto social y económico que aquí presentamos, estará completo con los resultados del ISE (Indicador de Seguimiento a la Economía) y los principales indicadores líderes que se publicarán en el trascurso de la semana. Con eso podremos hacer un balance más profundo de los efectos que tuvieron las medidas restrictivas de inicio de año en el proceso de recuperación económica del país, tanto a nivel nacional, así como regional y municipal. No sin antes recordar que, las cifras de mercado laboral, publicadas recientemente por el DANE, ya han dado el primer indicio de que enero ha echado para atrás varios de los avances logrados al final del 2020.

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