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Analistas 30/05/2020

#newnormal

María Esteve
Socia y Directora General de LLYC Colombia
Analista LR

Han pasado algunos meses desde que el mundo inició su carrera contra un enemigo que ha impactado y transformado la esfera empresarial, profesional y personal; nos vimos enfrentados a múltiples cambios en las dinámicas sociales y laborales, y más recientemente, a lo que implica asumir y salir adelante en lo que sería la nueva normalidad.

Llegamos a un #turningpoint que no nos permite mirar hacia atrás, una realidad que nos plantea muchos retos y la necesidad de tener visión, anticipación y dedicación para lograr avanzar.

En este momento, las empresas se encuentran en un escenario en el que lo urgente y lo importante coinciden y les obliga a repensar sus organizaciones para adaptarlas al escenario post-covid; escenario que, entre muchas otras cosas, está siendo marcado por la aceleración de las tendencias que veíamos antes de la pandemia.

En ese sentido, los desafíos más urgentes comienzan por la necesidad de avanzar en medio de la incertidumbre hacia la resolución de las prioridades inmediatas; trabajar en la reconfiguración de la confianza con base en las nuevas expectativas de los grupos de interés, cuyas prioridades también han cambiado, y articular el propósito empresarial con el compromiso que se tiene como ciudadano corporativo.

En dicha tarea, el liderazgo y la comunicación son fundamentales; el primero, porque los líderes de las organizaciones deben fungir como facilitadores para asegurar la agilidad, la flexibilidad y la apertura al cambio, así como un equilibrio entre la filosofía, los valores, las metas y el camino que se tiene que recorrer para alcanzar la recuperación de la actividad empresarial, imprescindible para la salud económica.

Las cabezas corporativas y sus equipos tienen también la misión de analizar cómo se puede influir en aquellas decisiones políticas, económicas o sociales de las que dependerá el futuro empresarial, apalancándose en la transmisión de hechos, en la transparencia y en la proactividad en la comunicación.

Por otro lado, de su liderazgo dependerá el engagement de sus grupos de interés, sobre todo en lo referente a sus colaboradores, pues su trabajo deberá direccionarse a concientizar sobre la importancia del rol que cada uno juega en la consecución de las prioridades estratégicas del negocio; a la vez que refuerza el vínculo de los profesionales con la compañía mediante su motivación y cuidado.

En cuanto a la comunicación que ya mencionaba antes, esta se constituye en la herramienta transversal para estimular la confianza pues un storydoing bien estructurado y consistente, asegurará que las acciones y decisiones de las compañías correspondan a su esencia, y que de esa manera se traslade a sus grupos de interés.

La tarea no es sencilla, pero los líderes que se han anticipado y han entendido que la comunicación y el liderazgo serán claves para la reactivación y la recuperación, están aprovechando las oportunidades del nuevo contexto y capitalizándolas a favor de sus compañías y en consecuencia del progreso que están llamadas a generar.

La nueva normalidad es una realidad y debe ser interiorizada ahora; identificarla, prepararse y anticiparse a lo que traerá es un ejercicio de responsabilidad en un escenario en el que están en juego la supervivencia de las empresas, la vida y el cuidado colectivo.

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