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Si bien bajo la coyuntura actual se ha llegado a pensar que en Estados Unidos la política comercial no será o no podrá ser una alta prioridad para la administración Biden, teniendo en cuenta los retos internos de este país, si se espera que el nuevo gobierno cambie el rumbo hacia un enfoque en donde el multilateralismo y los aliados jueguen un papel fundamental. Sin embargo, es poco probable una reversión completa, al menos durante 2021.
La estrategia presentada durante la campaña Made in America, cuya prioridad es promover bienes y servicios locales, supone el mantenimiento de un proteccionismo que, si bien será especifico, direccionado y sutil, se mantendrá. Bajo el lema “Buy American”, por ejemplo, se prevén inversiones en adquisiciones gubernamentales por US$400.000 millones en bienes y servicios proporcionados exclusivamente por empresas estadounidenses.
También hay que considerar la tarifa de ajuste de carbono contra países que no cumplan con sus obligaciones climáticas y ambientales.
Más allá de medidas como esas, que en realidad reforzarían el proteccionismo, Biden tendrá dificultades para cambiar las políticas de Trump o lanzar nuevos acuerdos de libre comercio. En comercio internacional su prioridad deberá estar orientada a:
1. China: con un enfoque defensivo contra las políticas económicas de Beijing junto con medidas más efectivas para fortalecer a las empresas estadounidenses. Particularmente en el sector de la tecnología de la información y las comunicaciones China es simultáneamente su mejor cliente y su mayor amenaza, por lo que debe buscar un equilibrio.
2. Relacionamiento con los aliados: Biden ha criticado a Trump por imponer aranceles relacionados con la seguridad nacional a sus aliados más cercanos, lo que sugiere que, en última instancia, puede optar por revertir esa situación (léase acero entre otras) y fortalecer las relaciones con los países de la UE.
3. Latinoamérica: promover la democracia, contrarrestar la influencia china, manejar temas migratorios, laborales y de derechos humanos, y fortalecer las economías ante choques como el observado en 2020 serán las temáticas principales para la región. Adicionalmente, teniendo en cuenta que América Crece logró presentar una visión sólida y en gran medida bipartidista, se esperaría que se extienda como estrategia en la región al menos en sectores prioritarios como energías renovables, medioambiente e infraestructura, en especial para mejorar el comercio, entre otros.
4. Colombia: probablemente siga sin cambios mayores, sin embargo, el apoyo económico y/o de integración comercial dependerá de revisiones a temas laborales, de derechos humanos, de propiedad intelectual, de protección al medio ambiente y tecnológicos (como evitar la inclusión de proveedores chinos a las redes 5G). La presencia del colombiano Juan González como asesor para América Latina es una excelente noticia.
5. Y no menos importante, el avance sobre el control de la pandemia para facilitar la reactivación del comercio mundial. América Latina ha sido de las regiones más afectadas por el virus.
En resumen, se verá una política comercial en la que el proteccionismo de confrontación de Trump pase a un lado y se dé de forma más selectiva, centrada en temas específicos como el medio ambiente, dirigida a la protección de la industria estadounidense y una nueva diplomacia geopolítica.