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Analistas 20/11/2023

Control y elección

Lewis Acuña
Periodista

La oración de la serenidad es una de las más poderosas. “Dios, dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor de cambiar las cosas que sí y la sabiduría para distinguirlas”. Práctica y concreta. La ayuda por la que se implora no se centra en un evento extraordinario sobrenatural que no pueda explicarse mediante las leyes naturales o científicas conocidas. La intervención de la fuerza divina no escapa a la comprensión humana.

Unos 80 años después del nacimiento de Cristo, Epicteto, en su comprensión del mundo, sentó una de las bases más poderosas del estoicismo, la escuela filosófica antigua que se originó en la Grecia del siglo III a.C. “De las cosas, unas están en nuestro arbitrio y otras no. Están en nuestro arbitrio la opinión, el apetito, el deseo, la aversión: en resumen, todas nuestras acciones. No están en nuestro arbitrio el cuerpo, la riqueza, la gloria, el poder de dirigir: en resumen, todo cuanto no son nuestras acciones”. Práctico y concreto.

Aunque Epicteto no escribió libros en el sentido convencional, sus enseñanzas fueron recopiladas por su discípulo Arriano en dos obras principales: “Las Disertaciones” y “Enquiridión”. De allí surge esta pequeña compilación de 79 principios claves que atinaron llamar “Manual de vida”. Es una edición pequeña pero no por ella ligera. Son bases éticas desde la visión estoica en los múltiples campos de la existencia.

Precisamente se cuenta que un día, mientras Epicteto enseñaba a sus alumnos, uno de ellos se quejó amargamente de las dificultades que enfrentaba en la vida. El discípulo mencionó las adversidades que le tocaba vivir y cómo eso le impedía alcanzar la felicidad. Epicteto, en lugar de ofrecer la simpatía convencional, respondió con una pregunta: “¿Qué puedes hacer al respecto y qué no puedes cambiar?” Luego procedió a guiar al estudiante a través de un análisis lógico de sus circunstancias, destacando la importancia de enfocarse en lo que se puede controlar y aceptar con serenidad lo que está más allá de nuestro control. Una lección para todos.

El alumno no podría cambiar los traumas que había vivido, no tenía forma de revertir las elecciones que había tomado y mucho menos los daños ya causados, pero, a partir de ese momento, podría a consciencia y con propósito cambiar su futuro sin que fuera cuestión de suerte. Cambiarlo mediante el poder que tienen en el presente sus elecciones sobre los elementos que podría controlar en su día a día.

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