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Tribuna Universitaria 21/11/2018

Lo absurdo del IVA a los shows en vivo

Leonardo Gómez Jiménez
Profesor de Medios Digitales
Analista LR

Hace unas semanas en esta columna mencionaba cómo los shows en vivo están renaciendo en Colombia como un apasionante modelo de negocio para los artistas. Hoy vemos la posibilidad de que graven con 18% de IVA a las entradas a shows.

Una de las razones por las que varios de los que vivimos de la industria de los contenidos apoyamos a Iván Duque en su campaña fue por el impulso que prometía a la Economía Naranja. Sin embargo, dentro de la ley de financiamiento se contempla un impuesto de 18% a todas las entradas a espectáculos. Hoy las boletas de menos de $100.000 no tienen ese impuesto, mientras que las que superan ese valor ya tienen un gravamen de 10% a las que se les sumaría otro 18%.

Duque prometió en campaña incentivar el talento con más programas de formación musical. Pero es que la formación artística no es solamente tomar clases.

Asistir a espectáculos y ver shows en vivo es parte de ese enriquecimiento cultural, ayuda a expandir la mente, a tomar ideas, a tener criterio, a tener modelos para seguir, e incluso motiva también a crear nuevos espectáculos. Pero un IVA de 18% desincentiva toda esa pasión por el arte y va en contravía de las propuestas de campaña.

El director de la Dian, Juan Andrés Romero, dice que sería absurdo no cobrarle IVA a las personas de estrato alto que pueden pagar por una entrada para un show en vivo. Lo absurdo es pretender que los espectáculos sean solo para ciudadanos de alto poder adquisitivo, o, peor aún, pensar que un show en vivo brinda estatus a quien asiste. La cultura en vivo no puede ser elitista. Miren lo que ha logrado Estados Unidos: potencia en materia de entretenimiento bajo un principio consagrado en su Constitución: el derecho a ser feliz. Los shows dan felicidad. La felicidad no puede ser elitista.

El único entretenimiento del colombiano promedio no puede ser ver “Yo me llamo” y comerse un heladito en el Crepes más cercano.

Duque prometió hacer de Colombia un país más educado. Y la educación no se adquiere solo en las aulas. Ir a un teatro ya de por sí es una actividad educativa: aprender a comportarse en un escenario donde no se comen crispetas, donde por fin los jóvenes tienen que soltar sus celulares. Los eventos en vivo están renaciendo y cada vez se abren nuevos escenarios. La saturación del entretenimiento por medio de tantas pantallas, hace que la gente quiera asistir a ver algo real y palpable. Los bares están volviendo a contratar orquestas y bandas en vivo. Los artistas reconocidos que ya no son tenidos en cuenta por los canales privados, encontraron en los shows en vivo, un modelo de negocio apasionante, rentable y digno. Clavarle semejante alza de 18% mataría todo ese avance que ha tenido Colombia en este renglón.

Presidente Duque: nosotros lo apoyamos porque creímos en el impulso a la Economía Naranja. Impúlsenos pero no a salir del país sino a crear contenidos en vivo que contribuyan a la educación, a la cultura y al entretenimiento del país.

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