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Analistas 28/01/2022

Colombia vs. Perú

La República Más

La fecha 15 de las eliminatorias suramericanas al mundial de Qatar representa una jornada decisiva en los intereses tanto de la selección Colombia como de la selección Perú, en procura de ser uno de los equipos que competirán en la vigésimo segunda edición de la Copa Mundo de la Fifa. Contrario a lo anterior, el trabajo de ambos países desde el escenario económico apenas comienza. En materia de crecimiento económico según el último informe de perspectivas macroeconómicas elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) se estima que la economía colombiana creció en 2021 cerca de 9,5%, mientras que el Banco Mundial en su Panorama General de la Economía Latinoamericana estimó un crecimiento del 11,3% para la economía peruana.

Así como la época más dura de la pandemia llevó a que la Conmebol tomara la decisión de suspender varios de los encuentros programados para las eliminatorias suramericanas; es indiscutible que la pandemia asociada al covid-19 afectó el desempeño económico de la región, con especial incidencia en el desempeño tanto de Colombia como de Perú. En lo referente al caso colombiano, nuestro historial de gestión fiscal y macroeconómica basada en un régimen de inflación objetivo, una tasa de cambio flexible y un marco fiscal reglado, permitió controlar en cierto grado la contracción de la producción y generó un espacio para políticas que le han permitido al gobierno del presidente Duque responder a la crisis derivada de la pandemia. En el caso de Perú las precarias condiciones del sector salud, llevaron al gobierno a decretar uno de los procesos de aislamiento preventivo obligatorio más estrictos y duraderos de la región; que, sumado al comportamiento de la informalidad, el hacinamiento y las brechas en cobertura y calidad de servicios básicos como agua y saneamiento, impactaron la población más vulnerable alcanzando una cifra de pobreza del 30,1% (cerca de 10 millones de personas), al mismo tiempo para el caso colombiano fue de 42,5% (cerca de 21 millones de personas).

Si la clasificación al mundial de Qatar dependiera para Colombia y Perú del comportamiento reciente en materia del mercado de trabajo, muy seguramente Perú se estaría alistando para participar en la Copa Mundo. En tanto, Colombia, muy posiblemente tendría problemas incluso para llegar a puestos de repechaje. En 2021 la tasa de desempleo en Perú fue de 6,1% con un desempleo para las mujeres de 7% y para los hombres del 5,4%; mientras que para Colombia la tasa de desempleo nacional fue de 14%, el de las mujeres del 18% y para los hombres del 11%.

El comportamiento económico de ambos países durante la pandemia ha exacerbado los desafíos ya existentes en materia de pobreza, desigualdad e informalidad. Intervenir estas situaciones ha requerido gastos adicionales en protección social y educación que solo pueden financiarse con deuda e ingresos adicionales. En ese sentido, el marcador evidencia para Colombia que la deuda bruta del sector público no financiero como porcentaje del PIB pasó del 57,3% en el año 2019 al 71,5% en el año 2020; frente a un 26,8% en el 2019 y un 34,7% en el año 2021 de Perú; de acuerdo con la información de la Cepal. En materia de Inversión Extranjera Directa (IED) hemos contado con amplia superioridad durante la última década, reafirmándose dicha ventaja con el comparativo de los algo más de diez mil millones de dólares (10.936 USD mm) que ingresaron a Colombia en el 2020, frente a menos de siete mil millones de dólares percibidos por Perú en el mismo periodo de tiempo (6.791 USD mm). Algo similar pasó con la inflación en 2021, Colombia 5,62% y Perú 6,43%.

Si bien, en materia futbolística, aparte del encuentro de hoy, todo estará decidido con tres encuentros adicionales, en materia económica habrá mucho más por considerar.

En el caso de Perú, según el Banco Mundial, se proyecta que el crecimiento económico regresará a los niveles pre-pandemia, a un ritmo de aproximadamente 3% por año, pues las mejores condiciones externas previstas serían parcialmente compensadas por los efectos de la incertidumbre política. Superar desafíos estructurales relacionados con la extendida informalidad, la limitada diversificación económica y la baja calidad de servicios públicos en sectores como salud, educación, agua y saneamiento será un factor crítico para mejorar las perspectivas de crecimiento a mediano y largo plazo.

La perspectiva del “buen juego” de Colombia dependerá de la profundidad de las cicatrices que deje la pandemia, de la confianza de los actores económicos en la capacidad del “director técnico” que se elegirá para comandar el país a partir del mes de agosto, en estabilizar la situación fiscal y contener los niveles de deuda, y sobre todo de las políticas públicas para abordar los cuellos de botella estructurales que existen. Necesitamos meter goles en temas estratégicos de infraestructura para la competitividad como los puertos del Urabá Antioqueño, la construcción y ampliación de aeropuertos, la entrada en operación de Hidroituango este año, las concesiones viales 5G, la conectividad como servicio público, favorecer la equidad, defender la vida, la estabilidad macroeconómica, el empleo de calidad, aprovechar el ingreso de Singapur esta semana a la Alianza del Pacífico e impulsar el destino Colombia en materia de inversión.

Y hoy que gane Colombia o que pierda Perú y que el país cuente con árbitros que garanticen el fortalecimiento de la institucionalidad en favor del progreso.

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