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Analistas 01/04/2023

Una reforma laboral en contravía

Juan Pablo Liévano Vegalara
Exsuperintendente de Sociedades

La reforma laboral sorprende negativamente, pues su intención no es fomentar la creación de empresa y empleo. Su pilar fundamental es la rigidez laboral, al crear costos, prebendas y obstáculos en procura de la estabilidad laboral. Se desentiende de las necesidades de las empresas y del mercado laboral. Privilegia a aquellos que tienen trabajo e ignora el establecimiento de condiciones jurídicas y económicas adecuadas para la creación de empresa y empleo. No es cierto, como dice el Gobierno, que los trabajadores se vuelven más productivos por la estabilidad.

En realidad, se vuelven más productivos por la competencia, la actitud, el deseo de progresar y la capacitación. Así, su enfoque está en contravía de las necesidades del mundo globalizado e, incluso, de la reforma pensional que requiere formalización. Los temas se pueden asociar en tres grupos. El primero, sobre la estabilidad laboral, en el que se incluye el contrato a término indefinido como la regla general y se desestimula la tercerización y los contratistas independientes. Se acabarían los contratos a término fijo (solo podrían hacerse por 2 años). Los trabajadores de los contratistas y subcontratistas deberán tener las mismas condiciones del contratante, y también se haría al contratante solidariamente responsable de todas las obligaciones de los trabajadores de los contratistas y subcontratistas. También, se incrementa la indemnización por despido sin justa causa.

Igualmente, se incluye una estabilidad laboral forzada para ciertos grupos poblacionales, lo que implica la prohibición de despido sin justa causa y, si es con justa causa, se deberá contar con paquidérmico aval del juez o el inspector. Se establece un proceso inflexible, en caso de despidos con justa causa, so pena de ineficacia. Y, finalmente, los salarios caídos, por no pago de salarios, prestaciones e indemnizaciones, se aplicarían hasta su pago.

El segundo grupo corresponde a los costos laborales adicionales. Los dominicales y festivos se remunerarán al 100%. Las horas nocturnas se amplían entre las 6 pm y las 6 am. Se vuelven obligatorias 2 horas de descanso lúdico en la jornada laboral semanal para empresas de más de 50 trabajadores. Se crean cargas en reestructuraciones por automatización. Se amplía la licencia de paternidad. Se establecen jornadas flexibles semiobligatorias. Se amplía el concepto de unidad de empresa y la aplicación de iguales condiciones laborales a sus integrantes.

El tercer grupo comprende la ampliación de las garantías a los sindicatos, para reclutar nuevos miembros y lograr la colectivización de las empresas. La bolsa incluye permisos, acceso a la información, espacios de comunicación, protecciones sindicales, prohibiciones a pactos colectivos, extensión de las convenciones y pago de cuota sindical a no sindicalizados, fortalecimiento del derecho a la huelga (servicios públicos, parcial y mayorías) y negociación de pliego único. Se olvida que el derecho de asociación implica la posibilidad de no asociarse y que el diálogo entre empleador y empleados puede ser directo.

En conclusión, la reforma es sindicalista e ideologizada, pretende la colectivización empresarial y laboral y tendrá implicaciones negativas en la creación y el fortalecimiento de las empresas y la generación de nuevos empleos. Una lástima que no vean a los empleadores privados como los generadores de riqueza, empresa, empleo y bienestar para el país.

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