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Tribuna Universitaria 03/02/2023

Todavía se puede marchar

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

Nuevas marchas proponen la oposición, ante la inflación galopante, la inexistente paz total y el miedo a que todo siga empeorando, se realizó una convocatoria para el 14 de febrero, la cual se corrió un día porque de manera particular e incluso autoritaria, la presidencia convocó para ese mismo día marchas en apoyo a sus proyectos a presentar.

Las movilizaciones ciudadanas son una conquista de las democracias; sin la libertad de movilización y de asociación sería muy peligroso organizar una protesta, los recuerdos de la matanza de la plaza de Tiananmén o la Rusia comunista son apenas un reflejo de lo que es vivir sin derechos fundamentales.

A pesar de los derechos que tenemos en la democracia, como forma de gobierno, ésta se encuentra en una crisis a nivel mundial. Según el índice de democracia de la revista The Economist, 34.1% de los países viven en regímenes autoritarios y el 21% en regímenes disfrazados; En otros tantos, las libertades civiles y las garantías constitucionales están siendo amenazadas por regímenes regresivos.

La corrupción y la manipulación del sistema político por parte de líderes poderosos están socavando la confianza en las instituciones democráticas.

Ejemplos hay muchos, pero comienzan a preocupar especialmente: Venezuela, Hungría, Turquía, Polonia y Nicaragua, allí se han implementado reformas que minan la independencia del poder judicial y limitan la libertad de prensa y de asociación. La ola autoritaria es una tentación para nuevos países y especialmente para líderes carismáticos que copiando una fórmula, hacen depender a los ciudadanos de los subsidios, prometen repartir la riqueza y se terminan tomando las instituciones.

No existe la democracia perfecta, este modelo ha estado en constante evolución. A lo largo de la historia, la democracia ha sido retada y fortalecida por conflictos y movimientos sociales, y hasta el momento ha logrado sobrevivir a las crisis. Ante el panorama ¿Cuál es la forma de proteger la democracia? apoyar a las instituciones democráticas y asegurar que se respeten las libertades civiles y los derechos humanos.

Los ciudadanos tienen un papel fundamental que desempeñar en esta tarea, a través de la participación en la política y la defensa de la integridad del sistema democrático; también por parte del gobierno se debe fomentar una cultura de tolerancia y respeto hacia aquellos con opiniones políticas diferentes. La democracia depende de la capacidad de las personas para trabajar juntas y encontrar soluciones pacíficas a los desafíos políticos y sociales.

La actual crisis de la democracia es una llamada a la acción. Deben trabajar unidos los ciudadanos para proteger y fortalecer lo construido, no todo se puede echar a la borda, y mal hace un gobierno en atajar las protestas ya que gracias a ellas en gran medida están en el poder, la movilización todavía es un derecho y hay que hacerlo valer.

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