.
Analistas 23/05/2024

Iberoamérica, #IA, regulación y derechos digitales

Jorge Fernando Negrete P.
Presidente de Digital Policy & Law

Robert Dahl: “Democracia significa muchas cosas distintas para gente diferente en diversas épocas y lugares.”

Las palabras y su significado son polisémicas en occidente y el mundo. Significan cosas distintas en cada país y región. Creemos que entendemos cuando hablamos de democracia, república, derechos humanos, inteligencia artificial (IA) y derechos digitales.

Europa ha adoptado el primer tratado internacional jurídicamente vinculante, destinado a garantizar el respeto de los derechos humanos, del Estado de derecho y las normas jurídicas democráticas en el uso de la inteligencia artificial.

La Secretaria General del Consejo de Europa, Marija Pejčinović, declaró que “el Convenio Marco sobre Inteligencia Artificial es el primer tratado mundial de este tipo, que garantizará que la inteligencia artificial respete los derechos de las personas. Es una respuesta a la necesidad de una norma jurídica internacional, respaldada por Estados de distintos continentes que comparten los mismos valores. Pretendemos un uso responsable de la IA que respete los derechos humanos, el Estado de derecho y la democracia”.

Menudo problema tiene el Consejo de Europa. Busca respetar los derechos humanos y la democracia, de forma vinculante. Todos, conceptos polisémicos e interpretados en cada país de Iberoamérica en forma distinta.

Imaginemos qué piensa sobre democracia, libertad de expresión o acceso a la información pública el presidente Pedro Sánchez de España, Milei de Argentina, Ortega en Nicaragua, Petro en Colombia, Amlo en México y Boric en Chile.

La Inteligencia Artificial aprende de procesos de entrenamientos globales y regionales, por lo que su actuación o respuesta puede ser confusa en ciertos momentos en que debe ser utilizada para efectos de seguridad nacional, seguridad pública, competencia económica, procesos judiciales o diseñando política pública.

Europa cree que los valores políticos y democráticos de occidente le pertenecen, pero basta ver los conflictos entre México y Ecuador, España y Argentina, republicanos y demócratas en EUA y Francia, Italia y España en Europa, para ver la polisemia sobre conceptos de democracia occidental.

¿Cómo hablar de derechos digitales si la agenda de éstos es planteada por España en la Segib (cumbre iberoamericana de presidentes) y son resultado, no de una racionalidad constitucional basada en derechos fundamentales, sino de una agenda geopolítica en contra de las empresas de tecnología digital chinas y americanas? El problema es regular, o no, la inteligencia artificial; o, diseñar política pública.

Los gobiernos de la región están secuestrados por la agenda política local y la ideología. Les falta información, evidencia empírica y diseño de política pública.
Desde la legislación, los parlamentos tienen estabilidad y proyección. Hay legisladores espléndidos que estudian y ponderan con racionalidad legislativa, cercana a la prudencia y la visión a largo plazo.

El banco CAF demostró enorme reflejo político y presentó su “Diseño de políticas públicas de Inteligencia Artificial”, un espléndido trabajo que confía en las oportunidades de la política pública, a pesar de los gobiernos. Un catálogo de opciones y alternativas para el uso de la IA desde la acción pública.

Primero: Mercado digital latinoamericano; segundo, visión legislativa regional y mientras, confianza en la acción y la política pública.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA