Más mitos de la transformación digital

Numerosas ataduras mentales impiden que las empresas abracen con confianza el cambio digital, dejándolas en “modo pausado”. En este estado, se conversa del tema, se realizan algunos proyectos, pero se agrega poco valor al negocio. En esta entrega, continuamos explorando los mitos que muchas empresas albergan sobre la transformación digital (TD):

Mito 4: “Nuestros equipos de planta son antiguos y no se pueden conectar con la nube”. Este mito resalta de forma positiva la crucial importancia de la conectividad en la nube para capturar datos en tiempo real y, mediante su análisis, anticiparse a eventos futuros. Sin embargo, también perpetúa una visión de “obsolescencia autoimpuesta”, que sugiere erróneamente que los equipos antiguos son incapaces de adaptarse a nuevas tecnologías, ampliando así la brecha tecnológica futura. A pesar de esto, la realidad tecnológica actual es más prometedora. Gracias a la evolución de tecnologías abiertas en hardware y software, con inversiones moderadas, es posible integrar equipos antiguos con sistemas avanzados de gestión de datos en la nube. Este enfoque transforma un desafío percibido en una oportunidad tangible para mejorar la eficiencia y reducir costos mediante un análisis profundo de los datos operativos.

Mito 5: “La inteligencia artificial es una urgencia”. Este mito nos lleva al otro extremo del espectro: algunas empresas, aún en etapas iniciales de su transformación digital y seducidas por el bombo mediático en torno a la inteligencia artificial (IA), se lanzan precipitadamente a adoptarla esperando solucionar diversos problemas operativos.

Este fenómeno no difiere de las olas de las aplicaciones móviles y el comercio electrónico, donde muchos se aventuraron, pero pocos fueron exitosos en el arranque, enfrentando aprendizajes largos y costosos antes de lograr el éxito. Actualmente, los reflectores están sobre la IA, y sin desmerecer su importancia-enfatizando su relevancia para la competitividad de las empresas-, es fundamental pausar y responder a dos preguntas cruciales antes de su implementación: (i) ¿Qué problemas específicos esperamos resolver con la IA?, y (ii) ¿Están nuestros datos adecuadamente preparados para abordar estos problemas? Antes de proceder, es esencial verificar que los datos estén libres de sesgos, bien depurados, enriquecidos, precisos y que posean la amplitud y granularidad necesarias para los casos de uso deseados. La IA es, indudablemente, un paso esencial para todas las empresas, pero su adopción exitosa requiere de una preparación previa que comienza con un sólido proceso de transformación digital, donde uno de los pilares debe ser la captura y preparación de datos.

Las desmitificaciones presentadas en estas dos entregas refutan el último mito de esta serie: “La transformación digital puede esperar”. Es crucial que las organizaciones entiendan que la transformación digital no es una elección para el futuro, sino una exigencia inmediata para mantener su competitividad y relevancia. Ante este imperativo, ¿cuenta tu empresa con la visión y la determinación necesarias para desafiar estos mitos y emprender un camino decidido hacia la transformación digital?