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Analistas 10/06/2023

Comunismo futuro: IA

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Aunque manipule nuestro cerebro usando sistemas de recomendación, dependeremos de la Planificación Central 4.0; y como no tenemos madurez moral, súper-humana según Nietzsche, acataremos el Control Social provisto por esa supermáquina.

Durante mayo, IBM anunció que «eliminarÍA» miles de empleos; otro progenitor de nuestra especie sustituta se dio por vencido, y renunció a Google. Finalmente, simulando “iluminar” la regulación, el parlamento gringo acudió a la pitonisa de OpenAI, que genera “alucinación”: su Moderno Prometeo descifró la Prueba de Turing, y responde como Pinocho.

Mientras que la singularidad tecnológica desplaza al principio antrópico, convengamos que, en nombre de la democratización, la Biblioteca de Babel -Internet, según Borges- terminó albergando contenidos tóxicos, con los cuales adiestran a esa «bestIA». Previamente, los nazis habían demostrado que una mentira frecuentada ganaba credibilidad.

Igual, la «economÍA» neoliberal seguirá adulterando cifras, ceros y unos, para garantizar nuestra «obsolescencIA» programada, y mantener la «supremacÍA».
Paradoja de Solow, la ofimática maquilló la «burocracIA», y su rutinario e improductivo retrabajo. Verbigracia, el creativo inventor de Dilbert, cómic que retrata la vida oficinista, reveló que con mucho esfuerzo logró ascender en la escalera laboral, desde de la recolección de estiércol hasta el reciclaje de PowerPoint (The Perfect Stimulus: Bad Management, 2010).

Seguimos siendo la parte más ineficiente de los enredados sistemas informáticos. Y, aunque muchos tiranos o analfabetos defienden “El Papel del Trabajo en la Transformación” del Hombre en Engranaje (https://youtu.be/ZdvEGPt4s0Y), confesemos que sería más fácil depurar al “Mono” o al Software.
Quizás malinterpretamos la Teoría X de McGregor. Reconozcamos que no fuimos hechos para perder la mayor parte de nuestras vidas esclavizados, presos de la atonía laboral, y contemplemos los beneficios de jubilarnos “en masa”, pues la promesa era que esta década Usted «trabajarÍA» 15 horas a la semana (Economic Possibilities for our Grandchildren, 1930).

Además, la «pandemIA» demostró que casi todos los empleos son “no esenciales”, y quizás la IA ahorre «hipocresÍA» o «negligencIA» -corrupción, presentismo y mediocridad-, pues incluso las precarias consultas médicas sobre dolencias, diagnósticos o recetarios trasladaron nuestra afiliación al omnipresente y sabelotodo Google EPS.

En clave de evolución, estamos a tiempo de aprender algo de otras especies naturales; por eso recomiendo repasar “La Fábula de Las Abejas: Vicios Privados, Beneficios Públicos” (Mandeville, 1714). También le invito a admirar los claroscuros y la trasfiguración que adornan al “Alquimista, en Busca de la Piedra Filosofal” (Wright, 1771).

Pretendiendo transformar cualquier metal en oro, terminó en un claustro medieval, rogando algún milagro a la luz artificial, o expiando su fracaso. Por cierto, había descubierto el fósforo, contenido en la orina (https://www.arthistoryproject.com/artists/joseph-wright-of-derby/the-alchemist/).

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