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Analistas 18/08/2021

Los doctores honoris causa

Analista LR

A finales de febrero del año 2003, el Dr. Hernán Linares Ángel, presidente de la Universidad Los Libertadores, me llamó a su despacho para decirme que el Consejo de Fundadores, la máxima autoridad del claustro, había otorgado el Doctorado Honoris Causa al empresario Carlos Ardila Lülle en Administración de empresas y al expresidente Alfonso López Michelsen, como Comunicador Social-Periodista.

El grato encargo para mí, que era entonces Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, era el de informarles a los Drs. Ardila y López de la decisión, pero, sobre todo, de convenir con ellos la fecha del solemne acto académico.

El Dr. Ardila Lülle, tan sencillo como fue durante su valiosa existencia, estuvo al comienzo renuente a recibir tal honor no así el Dr. López, pero este convenció a aquel de que aceptara el reconocimiento pues se lo merecía y de hacer el acto en la plazoleta de la Universidad el 18 de marzo de ese mismo año, el 2003.
Los balcones que rodean la glorieta estuvieron atiborrados de estudiantes y profesores y el acto se inició a las 11 de la mañana. Ellos llevaban orgullosos su toga y su birrete, así como también los directivos de la institución universitaria.
En su discurso previo a la entrega de las distinciones, el Dr. Linares Ángel consideró que los dos distinguidos son considerados ejemplo para las nuevas generaciones, pues en cada una de las disciplinas académicas en que fueron reconocidos han hecho aportes importantes e indiscutibles al desarrollo del país.

En el caso del Dr. Ardila Lülle, fue fundador y dueño de la Organización Ardila Lülle, un conglomerado de grandes empresas colombianas como RCN Televisión y RCN Radio, gaseosas Postobón, el equipo de fútbol Atlético Nacional, concesionarios de autos e Incauca y Providencia, empresas dedicadas a la producción de azúcar en Colombia y México, para un total de 80 empresas.

Esto para mencionar que, en este conglomerado, el Dr. Ardila daba trabajo a más de 40.000 personas y para él, ellas fueron su prioridad siempre por la sensibilidad humana que lo caracterizó.

El Dr. Ardila Lülle es felicitado por el entonces presidente del claustro (qepd) Hernán Linares Ángel, luego de recibir el merecido Doctorado Honoris Causa en Administración de Empresas.

En un discurso sencillo, de una cuartilla, el Dr. Ardila recibió el Doctorado en nombre precisamente de sus trabajadores e invitó a creer en la empresa privada, a seguir generando empleo y a tener fe en el futuro de Colombia con desarrollo económico y justicia social.

A su turno, el expresidente López -lo recuerdo muy claro-dijo entonces, al agradecer el doctorado, que la deuda externa de Colombia era impagable. En este momento el país debía US$63.000 millones y equivalían al 15% del PIB.
Hoy, esa deuda suma US$157.000 millones y representa 51,9% del PIB. ¿Qué dirían sobre el tema los doctores Ardila Lülle, López Michelsen y Linares Ángel?

Pero lo que se pretendía con estas letras era homenajear a un gran ser que se nos adelantó: El Dr. Ardilla Lülle, honor del género humano, como pocos en Colombia, muy pocos.

En lo personal, recuerdo con mucho aprecio el acompañamiento que me hizo cuando el asesinato por las Farc de mi hijo, el teniente del Ejército, Diego Alejandro Barrero Guinand. Allí estuvo, en el Cantón Norte.

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