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Analistas 29/04/2023

Calentar puesto ya pasó de moda

Dicen por ahí que un día de 24 horas debe dividirse en franjas de 8, una para dormir, otra para trabajar y las restantes para socializar. No puedo estar más en desacuerdo con ese consejo que pretende ordenarle la vida a las personas bajo los mismos parámetros y cuadricularnos. ¿Por qué no dormir y socializar más y trabajar menos? A fin de cuentas no a todos nos funciona lo mismo y el objetivo debe ser hacer lo que nos genere felicidad y mucho mejor si nos pagan por eso. El salario no debe ser la única motivación, si bien es muy necesario y un incentivo laboral.

De lo que más nos quejamos es lo que más deseamos: un trabajo, ir a la oficina, a la fábrica o sentarse en frente de un computador puede ser hasta en la misma casa. Esa es una necesidad vital a la que se llama trabajar, muy a propósito de este 1 de mayo el Día del Trabajo, que según las cuentas nacionales no celebran los casi tres millones de desempleados que hay en Colombia, según las cifras del Dane. Lo que representa un gran problema económico nacional que golpea especialmente a los jóvenes y las mujeres.

Considero que uno de los momentos más críticos de cualquier ser humano es estar desempleado. No hay nada más dramático y estresante en la vida que estar sin nada qué hacer ni tener ingresos. Sin pretender dar cátedra, creo lo siguiente: cuando se pierde el empleo, al principio no pasa mucho, hasta lo asumimos con tranquilidad, pero con el paso del tiempo te invade una sensación de vulnerabilidad, desmotivación y frustración inigualables. ¡No se lo deseo a nadie!

Paradójico que a su vez, sea esa sensación de derrota la que te impulse a buscar salidas, el mismo detonante que te abre posibilidades que tal vez jamás habrías considerado. Siempre he pensado que todo aquel que tenga determinación para salir de una situación compleja y que además la acompañe con acciones en pro de cumplir el objetivo, tarde o temprano lo logrará y entonces lo valorará mucho más que antes.

Que impotencia, incertidumbre y falta de libertad genera no tener ingresos. La pregunta es: ¿Trabajo es sinónimo de dinero? Dicen que el dinero no lo es todo en la vida, y coincido con eso, pero que angustia nos da cuando no tenemos ni un peso. Carecer de plata para satisfacer las necesidades más básicas, tener estabilidad, sentido de vida y autoestima, hace que cuando tengamos ingresos o unos pesos, lo valoremos infinitas veces más y reconsideremos dos veces antes de quejarnos.

Pensemos en esto: más que trabajar es garantizar ingresos.
En otras palabras, trabajar menos, ganar más, distribuir el tiempo de manera más sana, socializando y descansando; una manera de decir que calentar puesto ya pasó de moda. Nada mejor que tener más libertad para descansar, viajar o desconectarse de responsabilidades laborales.

Vinimos al mundo con un propósito; tiene que haber algo que podamos aportar, algo con lo que podamos contribuir. Si no hay una motivación, nos sentiremos perdidos, frustrados y desubicados. No siempre se tiene claro qué es exactamente lo que estamos destinados a hacer, es un camino que se va encontrando, no hay una receta, muchas veces es ensayo error, hasta que algo hace click. Las personas más afortunadas del mundo son aquellas que logran transformar lo que aman, sus pasiones, en un estilo de vida que les genera ingresos, un trabajo que jamás verán o sentirán como carga, porque se han ganado la lotería, han encontrado la fórmula para vivir de lo que aman sin trabajar un sólo día de su vida.

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