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Analistas 24/07/2019

Privacidad, ¿qué es eso?

Diego A. Santos
242 Media Director No Ficción

¿Para qué nos vamos a engañar? En el mundo digital no existe la privacidad. Lo sabemos y no nos importa. Por lo menos a la mayoría. Estar conectados y usar las aplicaciones de moda conlleva una cesión de nuestra información que aceptamos sin rechistar, pues el no hacerlo nos excluye de un universo en el cual queremos estar.

Parte de este raciocinio responde, sin embargo, a que creemos que nuestros datos son inútiles para quienes los están obteniendo. La entrega a perpetuidad de nuestra información a rusos, estadounidenses o eslovenos es algo que nos trae sin cuidado porque, ¿qué van a hacer ellos con la información de un bogotano o la de un caleño?

La semana pasada, una empresa rusa lanzó una aplicación para simular cómo nos veremos de viejos. Distintos medios de comunicación de todo el mundo alertaron sobre la usurpación de datos por parte de esta plataforma para venderlos a terceros con fines, seguramente, poco transparentes, al estilo de lo que pasó con Cambrige Analytica.

(Breve recordatorio para quienes no se acuerden de qué fue lo que pasó con Cambridge Analytica: Esta empresa británica extrajo datos de millones de personas de sus perfiles de Facebook y los vendió a terceros para fines electorales, entre ellos para la campaña de Donald Trump en Estados Unidos).

En fin, ni FaceApp ni Cambridge Analytica parecen trasnocharnos demasiado a los colombianos. Bastaba con leer los comentarios burlescos en redes al respecto. Esto, al fin y al cabo, no es con nosotros, sería el resumen de las decenas de miles de comentarios que suscitó el debate.

Pero sucede que en digital las fronteras no existen. Hoy es más fácil que nunca que una compañía rusa, estadounidense o indonesa le venda la información a una inescrupulosa campaña política en nuestro país, o a alguna organización que quiera manipular la opinión de cierto segmento con información falsa.

Al ceder nuestros datos, estamos revelándole a desconocidos lo que pensamos y lo que sentimos. Esa información es oro puro para empresas que buscan moldear nuestras opiniones, cambiar nuestro comportamiento y/o modificar nuestras realidades políticas y sociales.

Es lícito que no nos importe la privacidad, que estemos ante un tema que no queremos debatir en Colombia, pero al menos deberíamos ser conscientes de la puerta que estamos abriendo y no limitarnos a terciar el debate con argumentos tan pobres como: “eso ya lo llevan haciendo años empresas como Google y Facebook”. Estamos cediendo nuestros datos, pero no sabemos cuáles ni tampoco a quiénes ni para qué fines.

Hoy Netflix lanza “The Great Hack”, un documental imperdible y muy interesante que muestra el tenebroso mundo del tráfico de datos. Karim Amer y Jehane Noujaim, sus directores, toman como referencia el escándalo de Cambridge Analytica, que fue vital para la victoria del Brexit en Gran Bretaña y el triunfo de Trump en Estados Unidos.

Los devastadores efectos de Cambridge Analytica no se limitaron a estos países. Afectaron también, por ejemplo, a Trinidad y Tobago, en sus elecciones presidenciales. La venta de nuestros datos es algo que deberíamos tomar con más seriedad. Estamos ante una industria de más de US$1 trillón, que seguirá creciendo. Es cuestión de tiempo que sus ramificaciones lleguen a nuestro país. ¿Nos seguirá pareciendo tan chistoso?

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