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Analistas 07/04/2022

Brecha de género en la industria de tecnología

Cristina Hoyos
Vicepresidente para América Latina en HMD Global
Analista LR
La República Más

Hablar de condiciones de igualdad a nivel social y profesional es muy fácil, el reto es cambiar los paradigmas que nos han acompañado por años para erradicar la cultura de la desigualdad. Si queremos construir sociedades más igualitarias todas debemos contribuir desde la posición en la que estamos, muchas veces se piensa que el cambio debe venir solo desde las instituciones; sin embargo, hay otras acciones a nivel micro que se pueden realizar para lograrlo.

El mundo se está digitalizando, de eso no tenemos la menor duda, esto significa que la tecnología se convierte en un aliado en cualquier área, el trabajo remoto, la educación a distancia, o la telemedicina no hubieran sido posible en el contexto actual sin la conexión a internet, los dispositivos móviles y las computadoras. Hoy, por medio del celular es posible tomar clases, comprar, disfrutar de una película y platicar con la familia y los amigos. Este entorno digitalizado seguirá creciendo, lo que significa más puestos de trabajo, formación y capacitación; por eso es importante incentivar un rol más participativo de las mujeres, vamos a necesitar a más profesionales en el área, tanto hombres como mujeres, la demanda laboral va en aumento y me gustaría ver que muchos de esos puestos de trabajo sean ocupados por mujeres.

Según datos de la Ocde, 80% de los empleos en 2030 serán reemplazados por carreras STEM. Organismos han realizado estudios de la situación actual de las mujeres en áreas STEM (ciencias, tecnología, matemáticas, ingenierías) a nivel mundial y en América Latina y muestran que aún quedan cosas para hacer. Datos del informe “Las mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería en América Latina y El Caribe”, realizado por ONU Mujeres y la Unesco, muestran que en 2017, del total de investigadores en ingeniería y tecnología, las mujeres son minoría, el país con el mayor porcentaje fue Uruguay con 36%, mientras que en Bolivia y Perú la cifra era de 19%.

Ocupar una posición de liderazgo en una industria que por muchos años ha sido masculina no es fácil, pero tampoco imposible. Las mujeres tenemos cualidades para destacar en cualquier área, y como mencionaba al inicio romper la brecha de género es una responsabilidad compartida. Del lado de las compañías, es propicio implementar políticas laborales que promuevan el talento sin etiquetas de género, cerrar la brecha salarial, entre otras medidas. A nivel personal, tenemos que motivar e incentivar a que cada vez más mujeres inicien una carrera en esta industria, brindar nuestro apoyo para su crecimiento profesional y personal, ser solidarias. He comprobado los beneficios al interior de los corporativos de contar con talento femenino pues hablar de innovación requiere de un cambio de perspectiva para hacer frente a los retos y entre más diversas las opiniones, más se enriquece la propuesta de soluciones. Estoy convencida de que una fuerza de trabajo diversa es un activo sustancial de las empresas, la diversidad de opiniones facilita la innovación en toda la cadena de valor de las industrias, las mujeres aportamos nuestro valor más allá del género, somos una fuerza de trabajo comprometida y valiosa que debe hacer escuchar su voz.

Por otro lado, cuando las mujeres ingresan al mercado laboral hay una contribución directa a elevar su seguridad económica y de salud, en beneficio de sí mismas, su familia, la comunidad y las empresas.

Así como las mujeres necesitamos de mayores oportunidades, la sociedad requiere del talento femenino para su prosperidad y desarrollo. El área STEM y las empresas de tecnología estamos en constante desarrollo e innovación y para lograrlo nuestros objetivos requerimos de la visión, el compromiso y la responsabilidad de las mujeres.

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