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Analistas 06/03/2021

Errores y aciertos (1)

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Sin duda, el mercadeo ha sido una de las disciplinas que más dinamismo ha tenido desde la segunda mitad del siglo pasado, debido a los cambios generacionales y a la evolución tecnológica que ha hecho posible que cada vez más el mundo sea un pañuelo, como dice el refrán, y sobre lo cual hay muchos textos y documentos que podría decirse son prueba de ello.

Y siendo una actividad que depende del comportamiento humano es apenas lógico que siempre se pueda hablar de errores y aciertos, dejando claro que lo que para algunos ha funcionado o funciona bien, para otros ha sido y puede ser motivo de error, pues los mercados y las circunstancias no son iguales ni actúan bajo las mismas.

También es cierto que mucho de lo que podría considerarse como errático se debe a que hay personas que pretenden orientar el marketing sin los fundamentos y la experiencia que para ello se requiere, por lo cual existen algunos aspectos que son considerados errores por los analistas, como los siguientes, aclarando que no son los únicos, pero quizá los principales o más notorios, y sin orden de prioridad.

Confundir mercadeo con hacer publicidad y/o investigación ha sido y es una consideración común pero errónea; son herramientas que hacen parte de la multiplicidad de ellas, con las que se cuenta para una adecuada implementación de la logística a desarrollar.

Esperar que los resultados se den en el corto plazo ha sido otro de los errores más comunes, pues el inmediatismo, y sobre todo durante este período pandémico, ha llevado a que no se dé tiempo al tiempo y se viole la ley 11 de las 22 inmutables del marketing de Trout y Ries, de la perspectiva (los efectos del marketing se dan en el largo plazo). Aquí vale la pena recordar que el mercadeo tiene como finalidad generar y mantener los mercados, es decir, los comportamientos que se pretende alcanzar con la oferta que se hace, y eso se logra con el tiempo, no inmediatamente.

Esta pandemia también ha hecho que muchos actúen con temor, y ese es uno de los errores más notorios que se han dado especialmente durante tiempos recientes. Es decir, el temor a fracasar por la incertidumbre normal y siempre existente, el cual podría decirse que es lógico hasta cierto punto porque los riesgos jamás se eliminarán, pero si se pueden y podrán reducir. Con ese temor, se deja de hacer mucho, lo que se constituye en barreras que impiden el logro de los objetivos y metas.

La falta de seguimiento o monitoreo a lo que se desarrolla ha sido común, y muy frecuente durante el último año con la parálisis vivida y los recortes de actividades, habiéndose dado que muchos se dedicaron a tratar de retener con variaciones de precios principalmente y programas de atracción para generar más, como decíamos la semana anterior, descuidando los análisis y los procesos de seguimiento a lo que se ejecuta y el mantenimiento y fidelización de los clientes actuales.

La reducción presupuestal general sin analizar las implicaciones y los efectos que siempre tendrá recortando por igual en todo lo que se hace, sobre todo en lo que tiene que ver con las comunicaciones mercadológicas que son las que más fuerza tienen en la generación y mantenimiento de interés y lealtad del mercado, y que muchas veces por ahorrar también en materas primas y/o procesos lleva a disminución de calidad de oferta.

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