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Analistas 16/05/2023

La pobreza se habría reducido en 2022

La República Más

El año 2022 marcó un período hacia la normalización de la actividad económica y social luego de los impactos significativos que la pandemia tuvo en el crecimiento económico, el empleo y la pobreza. En materia de dinámica económica, se observó un crecimiento de 7,5% en promedio para todo el año, con síntomas de desaceleración para finales del año.

La buena actividad productiva se reflejó en una buena dinámica del mercado de trabajo, evidente en la creación de cerca de 1,6 millones de empleos y la disminución de 2,6 puntos porcentuales en la tasa de desempleo, al pasar de 13,8% en 2021 a 11,2% en 2022. Sin duda, esta situación pone al mercado de trabajo en una situación muy similar a la observada en 2019, y muestra como el nivel de empleo ya retornó a su tendencia de mediano plazo, superando las cifras de empleo previas a la pandemia.

Se espera que paralelo a las buenas cifras de empleo, se dé una recuperación en los ingresos de las familias y una disminución de la pobreza. Sin embargo, pueden existir algunos elementos que pueden tener un efecto no esperado sobre la pobreza.

El empleo asalariado se recuperó completamente, incluso desde 2021. Pero, no se observó lo mismo con el trabajo de cuenta propia, que en 2021 no se había recuperado de la debacle de 2020. Para 2022 mostró una dinámica aún menor. De tal manera, es muy probable que la generación de empleo de la población vulnerable, donde mayormente se concentra el empleo de cuenta propia, no haya sido suficiente para dinamizar la generación de ingresos de los hogares pobres, y así la tasa de pobreza no disminuya proporcionalmente a la buena generación del empleo total observada en 2022.

Así mismo, se evidencia un fenómeno de precios relativos que tiene su origen en la inflación, especialmente en aquella que afecta a las familias pobres y vulnerables. Los más pobres enfrentaron los mayores niveles de inflación, con una variación anual de 14,9% y los vulnerables 14,8% en 2022. Estos son niveles más altos que la inflación promedio (13,1%) y que la de los hogares con mayores ingresos (11,5%). Esto indica que los precios de la canasta de alimentos han aumentado más para las personas en pobreza, lo que dificulta su acceso a los bienes básicos y agrava la situación.

En relación con las transferencias monetarias a las familias, se observó una disminución en su volumen total durante 2022 en comparación con el año anterior. Este es un dato relevante, ya que estos recursos representan casi cuatro puntos porcentuales de disminución de la pobreza. Las mayores disminuciones en el volumen de recursos se dieron en el programa de Adulto Mayor, Familias en Acción e Ingreso Solidario. Es importante tener en cuenta que la caída en estas transferencias puede tener un efecto negativo en la medición de la pobreza en 2022.

El panorama se torna más incierto con la actualización del marco muestral de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih) por parte Dane. La modificación se realizó para hacerlo compatible con el Censo de 2018. Se estableció un nuevo criterio para la población en edad de trabajar (15 años o más), se incorporaron nuevas ciudades y se realizaron otros cambios que podrían tener un impacto en el conteo de la población pobre. No obstante, todavía no se sabe si estos cambios jugarán a favor o en contra de la medición de la pobreza.

Proyecciones de ANIF

En Anif hemos construido un modelo de micro-simulación que permite obtener estimaciones aproximadas del porcentaje de pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema en 2022, considerando factores como los cambios en el empleo y los salarios, así como las variaciones en los precios. De esta manera, se pueden obtener cifras que dan una idea hacia donde pueden ubicarse estos indicadores.

Los resultados indican que el valor puntual estimado del porcentaje de personas bajo la línea de pobreza para 2022 se puede situar en 37,52%, con un intervalo de confianza entre 36,6% y 38,4% (Ver gráfico).

Este valor representa una disminución estadísticamente significativa, ya que el valor observado en 2021 (39,3%) se encuentra fuera del mencionado intervalo. Adicionalmente, los cálculos muestran que hay un efecto explicado por la mayor inflación de ingresos de los hogares pobres (14,92%) en comparación con la inflación general (13,12%), lo que podría explicar cerca de 1,5 puntos porcentuales de la tasa estimada.

En resumen, se espera que aproximadamente 18,9 millones de colombianos se encuentren en situación de pobreza, lo que significa una reducción de 691.000 personas en comparación con 2021.

En cuanto a la pobreza extrema, las estimaciones muestran que podrá estar alrededor de 11,5% en 2022, con un intervalo entre 10,8% y 12,3%. De tal manera, que 5,8 millones de personas (290.000 menos que en 2021) estarían viviendo con menos de $161.000 al mes.

Adicionalmente, en nuestro estudio resaltamos que el desempleo conduce cada vez más al deterioro de las condiciones de vida de los colombianos, lo que demuestra la importancia de una política pública enfocada en generar niveles más altos de ocupación. Esto genera preocupaciones ante la reforma laboral del Gobierno.

El análisis presentado muestra que, a pesar de los buenos resultados en materia de generación de empleo durante 2022, existen diferentes elementos que introducen incertidumbre al pronóstico del porcentaje de personas en pobreza y pobreza extrema.

Sin embargo, solo la publicación de los datos oficiales por parte del Dane resolverá las dudas planteadas, por lo que es importante que dichos resultados se divulguen muy pronto, dada la importancia de este indicador para evaluar el desempeño de la economía y de las políticas públicas.

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