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El desempleo en 2024 resulta preocupante, en tanto se mantiene por encima del promedio prepandemia y completa seis meses en aumento, desde octubre del año pasado. Según las últimas cifras de mercado laboral, en marzo de 2024 el desempleo se ubicó en 11,3%, como lo muestra el gráfico 1. Así, la tasa de desempleo (TD) promedio para los últimos 12 meses sube a 10,2%. Ese resultado responde a un decrecimiento en la tasa de ocupación (TO): 57,9% en marzo de 2023 y 56,7% en marzo de 2024. Estos números no logran ser compensados de forma total por la salida de personas del mercado laboral, pues la tasa general de participación (TGP) pasó de 64,3% a 63,9%.
Para las 13 principales ciudades, la tasa de desempleo se ubicó en 10,8%, 0,5pp por debajo de la nacional. Si se compara con 2023, la tasa de desempleo de las 13 ciudades presentó un incremento de tan solo 0,3pp, lo que da indicios de que las zonas fuera de los principales centros productivos del país son las de mayor deterioro en el empleo. No obstante, al analizar la tasa de desempleo del primer trimestre del año por ciudad, la de Cali y la de Medellín incrementaron 0,2pp y 0,8pp, respectivamente, mientras que en Bogotá y Barranquilla se presentaron disminuciones de -1,9pp y -0,8pp, respectivamente. Esto refleja heterogeneidad en los centros productivos del país.
Por su parte, cabe resaltar que de las 13 actividades, solo seis presentaron incrementos en el nivel de ocupados. Las ramas de actividad económica de mayor aporte fueron los servicios públicos (+132.000), el comercio (+120.000) y el transporte (+70.000). En contraste, las actividades que más aportaron a la reducción de ocupados fueron la agricultura (-207.000), el alojamiento y servicios de comida (-99.000) y la administración pública (-77.000).
Por otro lado, una cifra positiva es el aumento del empleo particular (+ 235.000) y la disminución del trabajo por cuenta propia (-354.000). Lo anterior indica que hay una mayor cantidad de ocupados cercanos a las dinámicas formales del empleo, dada la relación que existen entre esta y el empleo particular. No obstante, se mantiene la preocupación en el frente de género.
La brecha entre hombres y mujeres aumentó 0,5pp respecto de marzo de 2023. Lo anterior producto de la disminución en la tasa general de participación de los hombres y un aumento en la de las mujeres. Es decir, hay un mayor número de mujeres en el mercado laboral que se encuentran desempleadas y un menor número de hombres en necesidad de empleo.
Finalmente, la tasa de desempleo desestacionalizada se ubicó en 10,9%, lo que mantiene una senda creciente en el indicador desde septiembre del 2023, que solo fue interrumpida por un alivio temporal de enero, como se puede ver claramente en el gráfico 2.
Lo expuesto implica que, quitando el efecto calendario, hay un deterioro claro en los niveles de empleo del país. Como lo mencionamos en el comentario pasado, la convergencia entre la dinámica económica y el mercado laboral comienza a materializarse, lo que mantiene las alertas frente a la estabilidad del empleo.
Así, el primer trimestre del año cierra con un panorama negativo. Si bien la primer parte del año se caracteriza por niveles de desempleo más altos, la tendencia se mantiene al alza en comparación con los promedios históricos. Con base en esa dinámica, en Anif proyectamos una tasa de desempleo promedio de 11,3% para 2024 y de 11,9% para 2025. Esperamos que el deterioro del mercado laboral continúe, derivado del comportamiento general de la economía que se encuentra lejos de su crecimiento potencial. Si bien los datos de crecimiento de febrero muestran una mejora relativa en comparación con las expectativas del mercado, sectores clave en el empleo como las actividades secundarias y el comercio mantienen un pobre desempeño que afecta la generación de nuevos puestos de trabajo.