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Analistas 02/04/2020

Desempeño del mercado laboral en febrero de 2020: panorama complejo en ausencia del SARS-Cov2

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

Elaborado por Mauricio Santa María S., presidente de Anif, en colaboración con Carlos Felipe Prada L, Ekaterina Cuéllar K y Jorge Mauricio Jaimes

Recientemente, comentábamos cómo el mercado laboral colombiano se había convertido en una de las principales preocupaciones macroeconómicas durante los últimos años. En efecto, la tasa de desempleo promedió 10.5% durante 2019, deteriorándose en 0.8 puntos porcentuales (pp) frente al 9.7% observado en 2018.

Desafortunadamente, esta tendencia continúa en 2020 (de acuerdo con las cifras publicadas hoy por el DANE), debido a que la tasa nacional de desempleo se ubicó en 12.2% en el mes de febrero, aumentando 0.4pp respecto al 11.8% de febrero de 2019 (ver gráfico 1). Estos resultados son especialmente preocupantes porque en este mes aún no existía el efecto de la propagación del SARS-Cov2 y la economía colombiana había mostrado resultados favorables en algunos de los indicadores sectoriales durante enero de 2020, particularmente, en industria, comercio y construcción. Es decir, el empleo no mostró signos de recuperación, incluso en ausencia del choque de la pandemia.

El resultado de febrero de 2020 tiene cifras mixtas en los desempeños urbano y rural. En efecto, en las áreas urbanas se reportaron resultados favorables en: (i) las trece principales ciudades (que representan el 49% de la Población Económicamente Activa, PEA) con reducciones en la tasa de desempleo hacia 11.5% (vs. 12.4% un año atrás) y (ii) el resto urbano (31% de la PEA, incluyendo aquí ciudades tan importantes como Armenia, Valledupar, Neiva, Tunja y Santa Marta) disminuyendo el desempleo hacia 12.7% (vs. 13.4% de febrero de 2019). Sin embargo, lo anterior no logró contrarrestar el aumento en la tasa de desempleo rural (20% de la PEA) hacia 7.1% (vs. 6.5% en febrero de 2019).

Entre las principales ciudades, se destacan las menores tasas de desempleo en Bogotá (10.8% en el trimestre móvil diciembre de 2019 - febrero de 2020 vs. 12.9% un año atrás) y Medellín (11.8% vs. 12.8%). Barranquilla (8.9% vs. 7.8%) y Cartagena (9.1% vs. 8%), aunque continúan mostrando mejores resultados respecto al promedio nacional, tuvieron deterioros en el último año. Preocupan los elevados y persistentes niveles de desempleo observados en Quibdó (20.6% vs. 20.3%), Ibagué (18.8% vs. 17.3%) y Cúcuta (18.1% vs. 17.7%).

En términos de generación de empleo neto (considerando también la dinámica de los cesantes), el gráfico 2 muestra cómo el deterioro en la tasa de desempleo es consistente con la destrucción de 98.000 puestos de trabajo en el trimestre móvil diciembre de 2019 - febrero de 2020. A nivel sectorial, se observaron resultados favorables en el turismo (creando 162.000 empleos), la construcción (123.000) y los servicios públicos (71.000). Por el contrario, las mayores destrucciones de empleo estuvieron en el agro (-228.000), el comercio (-160.000) y los servicios sociales (-94.000), siendo precisamente estos últimos los sectores más intensivos en mano de obra, empleando conjuntamente al 45% de los ocupados (19% comercio, 16% agro y 10% servicios sociales).

Todo lo anterior confirma nuestros análisis previos y prende mayores alarmas sobre el complejo entorno que estará enfrentando el mercado laboral en los próximos dos meses, debido a que estos resultados de febrero (ya negativos) aún no reflejan los impactos que estará teniendo sobre la generación de empleo el “frenazo” económico, a causa del aislamiento preventivo obligatorio provocado por la propagación del SARS-Cov2. Por esa razón, debemos ser cautelosos y buscar la manera más eficiente y segura de reactivar la economía. No es momento de construir relatos que pongan en esquinas opuestas a la salud y la economía. Simplemente, porque si la economía demora en reactivarse, vendrán problemas adicionales a los relacionados con la salud. Sobre este tema profundizaremos en el comentario económico de mañana.

En síntesis, la dinámica del mercado laboral continuó registrando deterioros en el mes de febrero, por cuenta de las mayores tasas de desempleo observadas a nivel rural. Esto no alcanzó a ser contrarrestado por las mejoras reportadas en las áreas urbanas, jalonadas por los sectores de industria y las actividades profesionales/científicas/técnicas y de servicios administrativos, las cuales empezaban a mostrar algo de recuperación en 2020. Estas cifras prenden aún más alarmas sobre el futuro del mercado laboral, pues la actual coyuntura de propagación del SARS-Cov2 y sus consecuencias traerán mayores dificultades para reactivar la generación de empleo en los próximos meses (teniéndose que enfrentar también el efecto negativo de los menores precios del petróleo sobre la economía). El “frenazo en seco” ya se está sintiendo, particularmente, en los sectores de comercio, transporte, esparcimiento y turismo (siendo los más afectados). Si el aislamiento se prolonga más de lo debido, habrá más sectores perjudicados y la economía entrará en una espiral negativa de difícil recuperación, con consecuencias muy difíciles de superar para un mercado laboral que ya venía deteriorándose.

Por eso, reiteramos la necesidad de implementar un plan de reinicio de la economía, una vez termine el aislamiento preventivo obligatorio (que esperamos no se extienda por mucho tiempo), el cual deberá desarrollarse por etapas: (1) Aislamiento para los más vulnerables (adultos mayores y enfermos crónicos); (2) Retorno a las actividades económicas de la población no vulnerable para “reiniciar” la economía; (3) Pruebas masivas de diagnóstico y aislamiento a los diagnosticados que tengan resultado positivo; y (4) Atención en hospitales y clínicas a las personas con complicaciones de salud (ver Informe Semanal No. 1502 de marzo de 2020).

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