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Analistas 19/01/2019

El reto venezolano

Analista LR

Con la consolidación de la Asamblea Nacional como única salida institucional a la crisis de Venezuela, pero sin claridad absoluta sobre cómo será este proceso de recuperación de la Democracia, entre tanto tendremos que seguir enfrentando el reto de una cantidad inidentificable de migrantes venezolanos, con tendencia al aumento, hecho que genera inmensas preocupaciones en muchas ciudades colombianas que no tienen la capacidad ni preparación para afrontarlo.

Existen diversas aristas a esta problemática: por un lado, una urgencia inminente para solucionarle necesidades básicas a cientos de miles de personas, que seguramente jamás podrán ser censadas o controladas en su totalidad, y que requieren alimentación, salud, un techo, servicios públicos básicos, una posibilidad de empleo, entre tantos otros. De otro lado, el aprovechamiento del hambre de muchos venezolanos puede generar abusos, sea por la explotación económica o de su dignidad personal. Igualmente, se abre la puerta a la xenofobia y la apatía por las dificultades prácticas, desde la pérdida del empleo de algún familiar por cuenta de un venezolano o por la eventual delincuencia en la que puedan incurrir unos cuantos desadaptados. Sólo podemos ser solidarios con el pueblo venezolano, que ha acogido a tantos colombianos durante décadas, y que hoy vive una crisis de infinitas dimensiones, pero especialmente con un rostro humano, con una historia por contar. Jamás, jamás podemos permitir expresiones xenofóbicas en su contra, algunas que ya se empiezan a oír en voz baja.

Sin la capacidad económica e institucional para sobrellevar este nuevo y creciente reto venezolano, urge una estrategia de Colombia más agresiva, que debe girar en torno a tres propósitos:

1. Apoyo económico internacional en grandes volúmenes, a través de organismos multilaterales y grandes ONG´s, con el fin de superar la crisis humanitaria, que permita a los venezolanos más necesitados un mínimo acceso a servicios de salud, refugio, alimentación básica, todo para mitigar la indignidad de dejar su patria.

2. Inversión de empresarios venezolanos en Colombia: muchos empresarios dejaron Venezuela desde hace mucho tiempo y pudieron establecer nuevas oportunidades en otros países, especialmente Estados Unidos, y desde allí han logrado generar ingresos importantes. Es hora de que el gobierno colombiano, en compañía de dirigentes políticos y empresariales venezolanos, ofrezcan oportunidades para crear empresas en Colombia, para atraer inversión en diferentes frentes, y de esa manera ayudar a crear empleos dignos para colombianos y venezolanos tan necesitados de ellos.

3. Abrir posibilidades de empleo en sectores agrícolas que han perdido mano de obra colombiana: especialmente el sector cafetero, que crea miles de empleos, es una alternativa real para emplear venezolanos, previa capacitación que podría liderar el gobierno y la Federación de Cafeteros.

Queda un interrogante: ¿volverán los venezolanos a su país después de que funcionen estas soluciones? Seguramente, el nuevo arraigo de muchos los hará ser ciudadanos colombianos. Brazos abiertos a esos venezolanos que quieren ayudar a crecer a Colombia.

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