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Analistas 23/09/2016

Nosotros, los paranoicos

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Securities
La República Más
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Veía en algún canal de televisión hace unos días como un joven estudiante de derecho de alguna universidad que no recuerdo el nombre, acusaba al presidente Uribe de buscar “generar nuevas violencias” con su discurso a favor del NO. También le preguntaba este joven al presidente lo siguiente: “dígame en cuál de estas 297 páginas se dice que en Colombia se va a implementar el castrochavismo, expresidente Uribe?!”

Esa última frase del muchacho en cuestión me hizo reír y llorar al mismo tiempo. Me hizo caer en cuenta del nivel de ingenuidad al que hemos llegado. Me explico. Cualquier persona que tenga WhatsApp o Facebook seguro ya vio el video de la entrevista que le hizo Jorge Ramos (Univisión) hace ya muchos años al difunto presidente Chávez, quien en ese momento era candidato.

Por si acaso no lo han visto o lo recuerdan, en el video básicamente pasa lo siguiente: pregunta Jorge Ramos, “candidato Chávez, muchos inversionistas le tienen mucho miedo a usted. ¿Es justificado?”.Hugo Chávez: “¡para nada, Jorge! ¡Seré el mejor amigo del sector privado!”…JR: “¿Entonces no va a expropiar a la industria privada?”…HCF: “¡Cómo se te ocurre, Jorge! Te repito que seré el mejor amigo de la inversión y del sector privado.”

Exactamente este mismo intercambio había ocurrido entre Fidel Castro y una reportera norteamericana hace ya más de medio siglo. El punto es el siguiente: el comunismo y la mentira son lo mismo. Obviamente a la gente NO le anuncian con anticipación que la van a expropiar. Cómo funciona la cosa es así: Primero, el terrorismo y sus amigos permean las altas esferas de las diferentes ramas del poder. Ver, por ejemplo, las condenas en contra del Coronel Plazas y otros miembros de la derecha en Colombia. Después viene la consolidación del poder en el Legislativo. Hasta el más ingenuo entiende que el poder que tendrá Iván Cepeda dentro de un par de años será 1.000 veces mayor comparado con el poder que hoy tiene.

Después vendrá el olvido. La gente se acostumbrará a oír la demagogia de alias “Iván Márquez” en las emisoras de radio que le van a obsequiar a las Farc, y poco a poco incautos comenzarán a admirar su “compromiso social”. ¿Cómo lo sé? Porque la cosa fue igual con Dilma Rousseff. Cuando menos se dé cuenta la gente, los jefes de las Farc tendrán ministerios. Comenzarán con ministerios irrelevantes, como el de Cultura, pero después tendrán el del Trabajo y luego el de Educación. En una de esas Piedad Córdoba queda hasta siendo Ministro de Interior en el corto plazo. Después vendrán las candidaturas a la Vicepresidencia de la “coalición por la paz”….La respuesta para los “paranoicos” como yo será la misma de siempre, “Lo que pasa es que a la derecha recalcitrante le encanta meter miedo!”…Pero en diez años, si lo permitimos, estos personajes estarán expropiando casas a dedo, así como lo hacía el “gigante” Hugo Chávez.

Solo hay una forma de trancar esto: asegurar la unión de la derecha. Ojalá que los votantes de Colombia que entendemos lo que puede pasar acá, hagamos las cosas bien en el 2018. No habría peor error a que la derecha no llegara unida a las elecciones (me refiero al uribismo, vargallerismo, los libertarios, y al brazo “rebelde” del partido conservador).

Apreciado estudiante de derecho, que seguro apenas ronda los 20 añitos. El capítulo del “Castrochavismo” no lo encontrará en el documento de las 297 páginas. Lo encontrará, si lo busca, dentro de la estrategia de la izquierda radical en este proceso.

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