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Analistas 03/05/2021

Cuidado con Fitch

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

Mi gran amigo Armando Armenta, colombiano excepcional que ha hecho tremenda carrera en Wall Street, le contaba a Colombia cosas muy importantes sobre la reforma fiscal hace unos días en una columna en este mismo diario. Parafraseando a Armando en su columna ‘Fabricando Fantasías’, “La primera fantasía resalta el efecto económico negativo, de libro de texto dirán los críticos, que tiene ajustar el déficit fiscal en una economía en medio de una recesión. Sin embargo, para países emergentes como Colombia, caídas pronunciadas de la actividad económica están relacionadas con el aumento del riesgo de futuras crisis fiscales….Un aumento en la percepción de riesgo crediticio contrarrestaría el efecto positivo en la actividad económica de una respuesta fiscal expansiva, agravando la crisis. El ministro Carrasquilla ha delineado una adecuada respuesta ante la coyuntura actual. La estrategia incluye un presupuesto de inversión pública claramente expansivo para el año en curso, aunado a la condición de atenuar el crecimiento de la deuda por medio del aumento gradual en el recaudo fiscal, a partir del año 2022 y a ser consolidado durante la próxima década. La expansión fiscal solo será exitosa si es posible prometer de forma convincente un regreso a la disciplina fiscal una vez la actual crisis haya sido superada.”

Armando continúa su columna intentando explicarle a la gente el por qué es transcendental que Colombia mantenga el grado de inversión. En sus palabras, “La segunda fantasía describe un escenario internacional caracterizado por abundante liquidez que irrigaría a la economía colombiana sin importar si el gobierno es exitoso aprobando una reforma en el Congreso y manteniendo el grado de inversión.

Nada más cercano a la fantasía. Solo es necesario ver de reojo lo que ha pasado en países como Brasil y Sudáfrica desde que perdieron hace un lustro su calificación de grado de inversión. En ambos casos la deuda pública ha crecido sin freno hasta alcanzar niveles cercanos a 100% del PIB en medio de recurrentes crisis fiscales, altos costos de financiamiento, bajo crecimiento y disminuciones continuas de la participación de inversionistas internacionales en el mercado financiero local. Valga resaltar que esto ha ocurrido en medio de condiciones financieras de amplia liquidez durante la última década.”

El abogado Andrés Úsuga también argumentaba cosas lógicas hace poco en un video muy elocuente. El camino fácil para Duque hubiera sido no presentar ninguna reforma, echarle la culpa de la debacle financiera al bicho, y dejarle el chicharrón al próximo presidente. Pero Duque decidió no proceder así, porque Iván es un patriota honesto y responsable, mejor dicho, la antítesis de Gustavo Petro, quién está utilizando el virus para tratar de generar una guerra civil.
Ñapa 1: Amigos de la Bodega, efectivamente, no vivo en Colombia, pero pago impuestos en Colombia. Por lo tanto, tengo toda la autoridad moral para opinar sobre el futuro de mi país. Y no, si Petro gana en el 2022, yo no pierdo. Los que pierden serán ustedes, así como lo perdieron todo los que votaron por Chávez en 1999.

Ñapa 2: Colombia recibió las vacunas después de Chile e Israel, porque Chile e Israel compraron las vacunas sin saber si iban a funcionar. Eso en Colombia no se puede hacer porque es una imposibilidad jurídica. Si a usted le parece que Duque lo ha hecho mal por el lado de la vacunación, no le eche la culpa a él, échesela a la Constitución del 91.

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