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Expansión
Las agujetas, técnicamente conocidas como dolor muscular de aparición tardía, Doms, suelen aparecer entre 24 y 72 horas después de un esfuerzo físico intenso
Un nuevo año implica nuevas metas, tener una vida más saludable y hacer ejercicio son uno de los objetivos más comunes para los inicios de año. Si usted inició recientemente su vida fit, probablemente ya sintió esos intensos dolores post ejercicio, acá le explicamos por qué sucede esto y cómo puede arreglar este dolor.
Estos dolores se conocen como dolor muscular de aparición tardía, doms, y estos suelen aparecer entre 24 y 72 horas después de un esfuerzo físico intenso. Aparecen debido a pequeños desgarros en las fibras musculares, algo normal que el cuerpo debe hacer cuando se enfrenta a un esfuerzo poco común.
Calentar antes de cualquier actividad física no solo le va a prevenir lesiones, sino también los doms. Mover las articulaciones y activar los músculos mejora la circulación y prepara al cuerpo para un esfuerzo prolongado y evita dolores posteriores.
Luego de entrenar es esencial estirar los músculos para relajarlos. Este tipo de ejercicios reduce la rigidez muscular, ayuda a disminuir la tensión y el dolor post-entrenamiento, favorece la recuperación, pues acelera la eliminación de ácido láctico, reduciendo el riesgo de calambres.
Uno de los errores más usuales es intentar avanzar demasiado rápido. La regla del 10%—incrementar la intensidad o la duración del ejercicio en un 10% cada semana—es una manera efectiva de mejorar el rendimiento sin sobrecargar los músculos.
Lo último que usted querrá hacer al sentir estos dolores será moverse, sin embargo, el quedarse quieto no es beneficioso, el movimiento ligero le ayudará más. Caminar, nadar o hacer estiramientos suaves generará que circule mejor su sangre y acelere la reparación muscular.
Hacerse un masaje ligero en el área afectada ayuda a bajar la tensión y a estimular el flujo sanguíneo. El uso de un rodillo de espuma (foam roller) permite la liberación miofascial, ayudando a aliviar la rigidez muscular y mejorar la movilidad.
La terapia de frío y calor es una de las formas para aliviar el dolor y ayudar a la recuperación muscular. El frío es bueno para reducir la inflamación de las zonas y adormecer el dolor en lesiones recientes, mientras que el calor relaja los músculos y mejora la circulación.
Cremas y geles que tienen componentes naturales como árnica, mentol o romero pueden a ayudar a reducir la inflamación y mitigar el dolor en los músculos. Para obtener mejores resultados usted puede realizar un masaje.
El estrés no solo incide en el humor, también puede agravar las hemorragias. La aplicación de métodos de relajación como la meditación, la respiración consciente o el yoga puede favorecer una recuperación más acelerada.