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RESPONSABILIDAD SOCIAL

Alianzas de triple beneficio y comunidad

jueves, 7 de marzo de 2019

Eduardo Posada

Una de las únicas cuatro plantas del mundo donde se produce papel a partir de bagazo de caña se ubica en un triángulo configurado por Guachené, Puerto Tejada y Villa Rica, en el Cauca. Las tres poblaciones suman más de 81.000 habitantes, afectados por profundos problemas sociales. ¿Cómo hacer las cosas bien para impulsar de manera integral el desarrollo socioeconómico de un panorama tan amplio de comunidades, que entraña tantas complejidades?

Esta fue una de las preguntas que nos hicimos en la Fundación Propal, cuando nos pusimos en la tarea de buscar acciones de impacto para el área de influencia de la planta de producción de Propal, una empresa Carvajal. Dos respuestas nos permitieron vislumbrar un camino: las alianzas de triple beneficio y el involucramiento pleno de la comunidad en su propio proceso de desarrollo.

La falta de agua potable, la precaria infraestructura sanitaria y las escasas alternativas de educación y salud limitan las posibilidades de desarrollo de la gente del norte del Cauca en el Pacífico colombiano. La delincuencia y el microtráfico de drogas atizan la situación: tan solo en Puerto Tejada, las autoridades calculan que operan 13 pandillas, conformadas por jóvenes que no han podido encontrar un proyecto de vida porque su propio entorno se los ha negado.

La tarea comenzó, necesariamente, por convertirnos en un eje articulador de esfuerzos entre distintos actores. Encontramos en las alcaldías municipales, el Sena, el Icbf, la Policía, otras empresas y universidades de la región, unos aliados fundamentales para poner en marcha programas que respondieran de manera eficiente a las necesidades en cada población.

Un ejemplo que ilustra los alcances de este modelo de intervención es la IPS habilitada en la sede de nuestra Fundación, que atiende alrededor de 19.000 consultas de salud al mes. Antes, en Puerto Tejada no existían servicios de pediatría, entre otros. Los pacientes debían ser llevados hasta Cali para cualquier consulta o tratamiento. Hoy, en cambio, son atendidos por estudiantes de la Universidad Icesi, una de las mejores facultades de medicina del país y sus profesores, médicos de la Fundación Valle del Lili.

Mediante esta alianza, hemos logrado llevarle a la población de los tres municipios atención de la más alta calidad. Además, para los estudiantes representa la oportunidad de conocer la Colombia real y aportar, con su trabajo, a cambiar poco a poco, una persona a la vez, esas realidades duras que configuran nuestro país.

Por la misma vía hemos descubierto el poder de la música para cambiar vidas. Creamos en 2010 una escuela de violín, como parte de una intervención social de gran escala para enfrentar el problema de las pandillas, que complementa las acciones del programa Jóvenes a lo Bien, apoyado por la Fundación Propal desde 2014. La música ha sido un vehículo único, que descubrimos por la misma sensibilidad de la gente del Pacífico. Han sido más de 30 los niños y jóvenes beneficiados. Cada uno que ha dedicado sus tardes a crear música, a aprender a sacarles sonidos a los instrumentos, se lo hemos podido arrancar a las garras de las pandillas.

Más que crear una orquesta, lo que quisimos desde un principio fue cultivar buenos seres humanos, capaces de cumplir normas y con un proyecto de vida que le pueda aportar a su familia y su comunidad. Pero para eso fue muy importante entender a los jóvenes y conectar con sus intereses, algo especialmente importante en una tierra de tan fuerte cultura musical.

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