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Petro y Hernández disputarán la presidencia de la República el próximo 19 de junio, dos candidatos muy distantes de la clase política tradicional y modelos económicos contrarios
El país político está cambiando, a la luz de los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo, en las que ninguno de los candidatos en competencia logró 50% más un voto en las preferencias electorales y habrá una segunda vuelta el 19 de junio, en la que se enfrentarán Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Los candidatos en la recta final representan dos modelos de país, pero ambos nacen de un mismo cordón umbilical que los une, la derrota a la clase política y a los caciques tradicionales. Un fenómeno que se observa con mayor fuerza en el exalcalde de Bucaramanga, un auténtico outsider, que derrotó a Federico Gutiérrez, el candidato más cercano a los últimos gobiernos y respaldado por el grueso de los senadores. Una buena parte de los más de 20 millones de colombianos que votaron, lo hicieron por Hernández (5,9 millones) lo hicieron en protesta contra de los mismos dirigentes de siempre y le apostaron al discurso repetitivo de lucha contra la corrupción. Si bien más de 8,5 millones de votos fueron para el ganador de la primera vuelta, queda el sinsabor en las huestes políticas del candidato Petro, quien está estancado en sus seguidores, pues son casi los mismos desde hace cuatro años. En poco más de 20 días se definirá la competencia política y habrá un nuevo huésped en la Casa de Nariño, un líder que tendrá la tarea de reducir la pobreza que hoy afecta a unos 20 millones de personas, crecer la economía a un ritmo de 5% anual en su PIB, y sobre todo, legitimar el modelo económico, la libre empresa y reducir la precariedad. Al mirar las propuestas económicas de los dos candidatos que quedan en competencia, las diferencias saltan a la vista, mientras Petro, que representa a la izquierda ideológica, habla de una reforma tributaria de $60 billones, Hernández se ha comprometido más con la reducción de la burocracia y la guerra sin cuartel a la corrupción, dos ideas contrapuestas que pueden pesar a la hora de inclinar el favor electoral el próximo 19 de junio, cuando se escoja el mandatario. Es simple: los electores se irán por las propuestas que evitan los impuestos en favor de las que prometen bajar la burocracia y atacar a los corruptos. Pero el gran detalle de esta primera vuelta a la Presidencia por la República de Colombia es la resurrección del centro, Gutiérrez estaba más con cercanos a la derecha, y Petro por supuesto, con la izquierda. El exalcalde de Bucaramanga recoge muchas ideas de centro ideológico y sedujo a los tradicionales electores del voto en blanco. El centro, otrora en manos de Sergio Fajardo, otro de los grandes derrotados en esta primera vuelta, ha sido reconquistado por quien ha sorprendido con su llegada a la segunda vuelta. Lo importante ahora es la estrategia política que desarrollen los candidatos para la segunda vuelta y la capacidad que ellos tengan de armar un gobierno convincente en medio de un Congreso bastante variopinto. Los resultados electorales de esta primera vuelta solo son una foto del momento histórico, las cosas y acciones para ganar la Presidencia apenas se empiezan a reordenar. Petro y Hernández no son polos opuestos, ambos son candidatos no tradicionales y contestatarios en el manejo de un gobierno nacional, uno de izquierda y otro de centro; el paso definitivo por la Presidencia dependerá mucho de la coherencia de sus discursos y de sus modelos.
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