Si se pierde enero se arranca el año en rojo

Lo que sucedió en 2020 es incomparable con el pasado y el futuro de todos los registros económicos de la historia reciente de Colombia y el mundo, una suerte de un antes y un después que obliga a plantear y aplicar la “base cero” en los presupuestos y demás supuestos, de tal manera que la asignación y planeación de los recursos partan de un nuevo comienzo, pero lo sucedido en los primeros días de enero -la primera quincena para ser exactos- está obligando a redoblar esfuerzos porque las cifras no mejoran en medio de una cuesta muy empinada.

Las nuevas cepas más virales del covid-19, que han aparecido en distintos países, la tardanza en la masificación de las vacunas y las cuarentenas zonificadas en todas las metrópolis, le van a pasar la cuenta de cobro a las expectativas de crecimiento económico para este 2021, que debe arrancar mucho más sólido de lo que ha mostrado hasta el momento. El año pasado el desempleo de enero fue de 13%; la inflación de 0,42% y el crecimiento del PIB de 3,5%. El desempleo de este primer mes será muy similar al del año pasado, la inflación estará por debajo y el crecimiento del PIB seguramente se ubicará bajo cero en preocupante terreno negativo.

El gran problema es la percepción pesimista sobre el presente y el futuro inmediato de los consumidores y las empresas sobre lo que está sucediendo; las fiestas de fin de año no ayudaron como siempre lo habían hecho y entre enero y febrero solo se cosecharán penurias sanitarias de las reuniones comerciales y familiares; situación que seguramente hará más compleja la tradicional cuesta de enero que traerá una leve alza de precios en peajes, combustibles, alimentos arrendamientos, colegios universidades; toda una cascada de precios que se asoma al ruido simultáneo que están generando las voces oficiales de una inminente reforma tributaria que será radicada en febrero, según ha dicho el Ministerio de Hacienda y lo recomiendan las firmas calificadoras de riesgo y algunos centros de investigación expectantes ante las medidas que tomará el Gobierno para conseguir nuevos recursos distintos al endeudamiento con la banca multilateral.

Uno de los mejores indicadores de lo que pasará en los últimos 15 días de enero tiene que ver con los centros comerciales y restaurantes. La situación es tal, que incluso Fenalco pidió al Gobierno claridad y reversar las medidas que están afectando a los comerciantes y la Asociación de Centros Comerciales de Colombia ha dicho que el cierre del comercio no esencial debido a las cuarentenas por localidades en Bogotá será un duro golpe teniendo en cuenta que el año pasado se desocuparon 5.000 locales. El problema con las cifras de enero es que tienen inercia decembrina, es decir, si hubo un buen diciembre esta realidad y percepción se extiende hasta enero, de lo contrario se reciente el primer trimestre.

No se puede perder enero si se quiere que la economía llegue a un crecimiento de 3,5% en terreno positivo este año, un anhelo bien complicado pues primero deberá recuperar los seis o siete puntos que perderá en 2020 y dos o tres puntos positivos en el primer trimestre. Aún es temprano para juzgar un mal enero y un regular primer trimestre, lo cierto es que todo depende del Gobierno Nacional y su plan de vacunación que será un verdadero aliciente económico.