Repensar la norma de Nicanor

Una de las herencias administrativas del empresario antioqueño, Nicanor Restrepo Santamaría, recientemente fallecido, es que los altos ejecutivos del Grupo Empresarial Antioqueño, tienen que retirarse obligatoriamente de sus cargos de dirección a los 62 años, fecha en la que todos los colombianos obtienen su jubilación pensional. Pero las cosas han cambiado en Colombia desde que el emblemático ejecutivo paisa adelantó la norma; la expectativa de vida ha aumentado y hay hombres de empresa que a los 62 años están muy vigentes, incluso viven sus años más productivos basados en su sabiduría y experiencia. En la base y en la mitad de la pirámide, tal vez la norma se asimile bien y la mayoría de las personas quieran jubilarse muy pronto, pero no sucede lo mismo en los cargos de grandes responsabilidades.

En otros grandes grupos empresariales del país, como en el Grupo Ardila o en el Grupo Sarmiento, entre otros, las cosas no son así y los altos ejecutivos, más la alta gerencia de las compañías, permanecen en los cargos hasta que sus juntas así lo determinen. No hay una regla de oro que obligue a hombres sabios y experimentados para que dejen las empresas. La esperanza de vida de los colombianos ha aumentado hasta los 74 o 75 años, una edad avanzada o madura que está muy lejos de una jubilación a los 62 años, tal como se pensaba o se planeaba hace dos décadas. Es my importante que en la reforma pensional que se avecina, y que ojalá la actual administración nacional la deje lista antes de que termine su mandato en 2018, debe estudiar bien el tema y mirar que el sistema pensional colombiano hay que actualizarlo con base en los adelantos sociales y más cuando estamos ad portas de entrar al grupo de los países con mejores prácticas económicas como es la Ocde.

El emblemático Nicanor tenía la razón en muchas cosas, más si se estudian las hipótesis que manejó en su tesis doctoral, pero las cosas han cambiado. Dice la columnista Patricia Lara que “García Márquez decía que la vida más larga apenas alcanza para darse cuenta, al final, de cómo hay que vivir. Pues esa regla infalible tiene una excepción: la de Nicanor, quien tuvo la sabiduría y el valor de jubilarse y dejar su cargo de presidente de Suramericana y del poderoso Sindicato Antioqueño, en el cual se codeaba con Julio Mario Santodomingo, Luis Carlos Sarmiento y Carlos Ardila Lulle, y viajaba en aviones privados, y visitaba los mejores restaurantes, para mudarse con su esposa como estudiante a París”. Creemos que ese era el plan de vida de Nicanor, sin duda un hombre intelectual y sabio, pero no todos los grandes ejecutivos del Grupo que él mismo fundó, deben seguir su ejemplo: hay algunos que tienen que seguir al frente de las empresas más allá de los 62 años.