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No termina bien el primer trimestre luego de La caída de los rendimientos de acciones y bonos debido a débiles datos manufactureros en Europa y el desánimo de la demanda
Es un hecho que la economía global se ha desacelerado y que los últimos acontecimientos en los mercados bursátiles dan fe de ello. No son solo malos resultados en los rendimientos de las acciones y bonos, sino la pérdida de fuelle de la economía alemana y la incertidumbre sobre el futuro del Brexit en Gran Bretaña. Hacía bastantes meses que esas tres cosas no se juntaban y conformaban una gran nube que amenaza con extenderse por todos los mercados. A esa gran ola de incertidumbre se suma la revisión a la baja de la economía China, que incluso podría bajar a menos de 6% sus expectativas de crecimiento para el año en curso, que ya pasó el primer trimestre marcado por la indecisión.
Este fin de semana pasado, The Wall Street Journal analizaba la situación bajo la lupa de los rendimientos globales de acciones y bonos que cayeron debido a que los débiles datos de fabricación aumentaron la ansiedad de los inversionistas sobre la salud de la economía mundial. El periódico ve en la decisión de los bancos centrales de mantener las tasas una clara señal de que el impulso económico global continúa enfriándose en las principales economías. Lo más preocupante es que la producción industrial en la eurozona cayó en marzo al ritmo más rápido en seis años, mientras que un indicador de la actividad manufacturera en Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en casi dos años. Los datos impactaron a la baja a los bonos, por ejemplo, el rendimiento del alemán a 10 años cayó por debajo de cero por primera vez desde 2016 y el rendimiento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años a 2,5%, el más bajo desde enero de 2018. El Dow Jones Industrial Average cayó 1,7%, el S&P 500 perdió 1,9% y el Nasdaq Composite disminuyó 2,5%, índices que cruzan la misma impresión de nubarrón oscuro que se cierne sobre la economía mundial y aleja las expectativas de una recuperación. Hay crecientes preocupaciones por Europa y China.
El segundo trimestre, los meses de abril, mayo y junio, estarán marcados en todo el mundo por la reacción de los precios de las materias primas, más específicamente por lo que ocurra con el precio del petróleo, frente internacional de alto impacto en la economía doméstica. Marzo cierra con una tendencia a la baja por la caída del mercado de valores y la creciente preocupación por la economía mundial. Los futuros del WTI arrancan en US$59 por barril, mientras que el crudo Brent en US$67, ambas cifras muy saludables para las cuentas nacionales, pero cargadas de volatilidad para los consumidores europeos y asiáticos. Una precipitada desaceleración económica mundial podría reducir la demanda de petróleo y perjudicar las exportaciones y los ingresos de países dependientes del crudo, como Colombia.
Las cuentas nacionales están construidas con un barril en torno a los US$50, una cifra que aún es muy alta y riesgosa, por lo que se debe tener en cuenta que ese mercado del petróleo también sintió la presión a la baja de un dólar más fuerte después de que la Reserva Federal informó que no tenía planes de aumentar las tasas de interés a lo largo de 2019. Por tanto, las materias primas denominadas en dólares, como es el petróleo colombiano, mantendrán la relación inversa con el dólar y los ingresos nacionales obedecerán a la misma dinámica de nerviosismo.
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