Por favor, que Ecopetrol vuelva a sus fueros

La novela del impacto del sector petrolero en la economía va por su cuarta temporada. Desde 2014, cuando el Gobierno empezó a sentir el golpe a sus finanzas de los malos resultados de Ecopetrol, el discurso de las autoridades ha sido el de apretarse el cinturón y el de negar, la que ya es evidente, una Enfermedad Holandesa que descuadró todas las cuentas. Las cifras demuestran que la estatal petrolera redujo su aporte a los ingresos del Gobierno desde los $11,8 billones de 2014 hasta los $0 que entregó en 2017.

El gran golpe se presentó entre 2015 y 2016, años en los que Ecopetrol aportó $4,1 billones y $691.000 millones respectivamente. Lo curioso es que pese a que año tras año el precio del barril de petróleo iba cayendo las cuentas del Ministerio de Hacienda se mantenían optimistas. Al revisar en detalle el Marco Fiscal de Mediano Plazo de estos años se demuestra cómo el Estado se descachaba con sus proyecciones. Para 2014 esperaba $12,4 billones en ingresos de capital provenientes de Ecopetrol y en realidad obtuvo $10,7 billones y así sucesivamente en todos los años, desconociendo una realidad que estaba latente.

Pero lo bueno es que Ecopetrol ha tomado nuevamente el ritmo positivo y aunque sus ganancias ya no llegan a los billones de antes, sí cerró un primer trimestre con utilidades de $886.000 millones y un segundo trimestre en $1,3 billones, lo que lo lleva a cerrar el primer semestre con utilidades por $2,2 billones, es decir un crecimiento de 90,5% frente al mismo periodo de 2016. Los resultados optimistas llegaron gracias a cuatro pilares que su presidente Juan Carlos Echeverry explica como “i) aumento de la actividad exploratoria, ii) desarrollo de pilotos de recobro mejorado y proyectos infill, iii) explorar oportunidades en Yacimientos No Convencionales, y iv) avance en oportunidades de crecimiento inorgánico”.

Ahora la atención está en la variable que causa más incertidumbre y de la que depende que Ecopetrol vuelva a ser, o se acerque, a lo que era hace cuatro años: el precio del petróleo. El barril tanto de referencia Brent (usado por el Gobierno) como el de WTI ha tenido un año irregular con precios entre US$45 y US$50, cifra que si bien es favorable para la petrolera no es suficiente para entregar las ganancias que antes dejaba por lo que la reducción de costos que ha ejecutado en el corrido del año le ha sido de gran ayuda.

El Gobierno hace cuentas con un precio del Brent de US$51 para este año y para el próximo de US$55; con esa proyección fue que elaboró el Presupuesto General de la Nacional 2018, además calcula que las rentas petroleras para el próximo año serán 0,3% del PIB, y solo subirán hasta 0,6% entre 2020 y 2025, valores muy bajos frente a 3,3% del PIB que generó en 2013 cuando tuvo el nivel más alto desde 2010. Bajo este panorama es que se hace necesario que Ecopetrol vuelva a tomar sus fueros y le proporcione al Gobierno una estabilidad financiera que lo saque de apuros.
Aumentar en utilidades no será suficiente, sino que deberá hacer de Reficar una industria que crezca, que no se duerma como los demás sectores económicos y se sigan consolidando datos negativos en la producción.

Además, tendrá que poner la cara en los temas de investigaciones legales y hacer de sus filiales las empresas más eficientes en lo que hacen, demostrar porqué son categorizadas como una empresa ejemplo.