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A la luz de las positivas cifras empresaria-les, persiste una preocupación en la minería, que hace necesario un plan maestro
No todos los años sucede que en el reporte que hace la Superintendencia de Sociedades de las 1.000 empresas más grandes se encuentren solo cifras positivas. Mientras las compañías del sector constructor aumentaron 14,59% sus ingresos operacionales, las del agropecuario registraron un alza de 12,17%, manufactura creció 8,69%, comercio 8,16% y servicios 4,9%. En conjunto, las compañías más grandes del país incrementaron 5,07% sus ventas a $505 billones y sus utilidades se dispararon a $41,6 billones, al punto de que el alza se situó en 113% en el último año. Pero a la luz de estos resultados tan positivos, todavía existe una preocupación en el sector de minería e hidrocarburos, pues fue la única actividad económica dentro de las analizadas por la Supersociedades que registró una cifra negativa: una caída de 3,51% en los ingresos de las compañías durante 2016, frente al año anterior, cuando alcanzaron $116 billones. Esta es una caída importante si se tiene en cuenta que las empresas minero energéticas tienen una participación de 22% en el total de los ingresos de las firmas con mayor facturación, llegando a $112 billones y que representan la tercera actividad más importante dentro del total.
Si se analiza más a fondo el sector, se tiene que otros indicadores como los activos totales y el patrimonio de las compañías se redujeron 4,09% y 3,87%. Y es más, si se elimina esa actividad económica de las cuentas realizadas por la Supersociedades, se tiene que el crecimiento total en ventas de las 1.000 firmas más grandes aumenta a 7,8%, más de dos puntos porcentuales por encima de la cifra que incluye a las compañías minero energéticas.
Estos datos no son extraños si se tiene en cuenta que el Producto Interno Bruto (PIB) del sector tuvo la mayor caída de la industria nacional durante el año pasado, llegando a una contracción de 6,5%. De acuerdo con los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), este comportamiento obedeció a la reducción en el valor agregado de extracción de petróleo crudo de 11,6% y de gas natural en 4,7%. Además, la rama de explotación de minas y canteras decreció 8,2% en el cuarto trimestre del año pasado, debido a la caída en la extracción de petróleo crudo y gas natural en 14,5% y la de minerales metálicos en 4,3%.
Ante este panorama, es perentoria la creación de un plan maestro para el sector que dé pautas para su reactivación y que integre las opiniones de empresas, agremiaciones y Gobierno. No se puede negar que en el ejercicio anterior la actividad minero energética tuvo buenos indicadores, como unas ganancias que crecieron 129% entre las 1.000 empresas más grandes y que llegaron a los $4,1 billones, pero es la única que registró indicadores negativos dentro de unos resultados que fueron bastante sobresalientes.
Es el momento para que los gremios de la actividad minero energética y las entidades gubernamentales que rigen el sector diseñen un plan estratégico con miras a que el segmento siga siendo uno de los motores de la economía; en el que las empresas tengan operaciones sostenibles, sean competitivas y se conviertan en fuentes de recursos que permitan la transformación social del país.
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