La incapacidad de llevar Transmilenio a Eldorado, es el monumento más grande a la mediocridad
Entre la Aeronáutica Civil en manos de un congresista quemado, el Instituto de Desarrollo Urbano dirigido por una comunicadora social, y ambos perdidos en medio del fuego cruzado de una guerra sin cuartel entre el Alcalde Mayor, Gustavo Petro y el presidente de la República, Juan Manuel Santos, vemos perplejos cómo no han logrado conectar el nuevo Aeropuerto Eldorado con la Fase III de Transmilenio en un trayecto de escasos 1,8 kilómetros. Ese es el mejor ejemplo de la desidia y mediocridad en que se encuentra la infraestructura colombiana, rajada por todos los calificadores de competitividad internacional y objeto de miles de promesas de los gobernantes de turno del nivel nacional, regional y local.
El muelle de carga estuvo listo hace un par de años, la terminal internacional de pasajeros fue entregada tardíamente hace pocas semanas en medio de fuertes aplausos. El Transmilenio por la Avenida Eldorado ya está en uso por los buses articulados rojos que se conectan con la Avenida Caracas. Todas las estaciones están en servicio y los usuarios de vehículos particulares esperan pacientemente que los buses, busetas y buseticas, salgan de la vía como se había prometido para aliviar el gigante trancón que se hace en esta importante arteria distrital, que es quizá la calle más importante de Colombia, lugar por donde entran miles de turistas e inversionistas todos los días. No es una exageración decir que la 26 es la verdadera entrada a nuestro mercado.
Es cierto que la Alcaldía Mayor ha sido inconsciente de las necesidades de la Capital al no apurar una licitación simple que no solo modernizará la ciudad sino que aliviará el costo del transporte de quienes arriban al país, viajeros que podrían movilizar cómodamente en el sistema de transporte masivo evitando montar el vehículos particulares o costosos taxis. Pero la verdadera responsabilidad recae en el Ministerio de Transporte y más particularmente en la dirección de la Aeronáutica Civil que ha encontrado en Petro el mejor ‘chivo expiatorio’ para no hacer un trabajo que tenía que entregar hace años. El IDU en manos de la comunicadora social, no puede ser la punta de lanza para pelear con otras entidades que ya solas están desgastadas, armando todo un coctel desidioso que le hacen beber a los usuarios de la Avenida Eldorado y a los pasajeros aéreos.
Primero fueron las licencias de agua para las nuevas construcciones, luego las viviendas gratuitas, ahora las basuras.
Por favor, señor Alcalde y señor Presidente, pónganse de acuerdo para que entre los dos, Gobierno local y Gobierno Nacional logren licitar y hacer construir con prontitud esos 1,8 kilómetros. Y ojalá esa no sea la única gran obra de infraestructura que le entreguen a sus ciudadanos.