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Chile, Perú y Colombia (0,1%, 0,3% y 0,9%), todos de la alianza del pacifico, son de peor crecimiento económico este 2023, a los ojos de la cepal, todos ellos, con incertidumbre política
Una mala noticia: la economía colombiana cayó 0,4% el pasado octubre, según el Indicador de Seguimiento a la Economía del Dane, lo que supone que la actividad productiva está al borde de la recesión.
Según los reportes oficiales, el país está en terreno negativo al comienzo del último trimestre, lo que es una noticia terrible, pues las tres últimas cifras de crecimiento dictan que están en terreno negativo, agosto (-0,3%) y septiembre (-0,3%), y con el ISE de octubre, Colombia está claramente en contracción (-0,41%), al sumarse ya tres meses en línea.
Es de recordar que en el tercer trimestre de 2023, el PIB colombiano tuvo un decrecimiento de 0,3%. Aún faltan los datos del ISE de noviembre y de diciembre, que si llegaran a estar por debajo de cero, se podría configurar un segundo trimestre consecutivo de contracciones, lo que confirma la recesión económica.
El gran problema es que el Gobierno Nacional no reacciona al momento económico ni a la situación dramática que experimenta la economía, que no es distinto a que no hubo un plan contracíclico, muy a pesar de que se sabía con mucha antelación que el segundo semestre de este 2023 que llega a su final sería muy malo.
No hay un líder al interior del Gobierno Nacional que esté en capacidad de sentarse al lado de los gremios de la producción para empujar el crecimiento y hacer que la actividad económica reaccione de manera positiva, más aún, los ministros actuales son los de peor desempeño en términos de ejecución presupuestal, que no es nada distinto a tener los recursos, pero no poder por incapacidad administrativa hacer inversiones, contratar, gestionar políticas públicas transformadoras; es algo increíble en una administración (se supone keynesiana) que se precia de darle al poder del Gobierno o del Estado, su capacidad de ser motor de la economía.
El Estado sí puede mover la economía cuando cuenta con los ministros idóneos para ejecutar. Pero más allá, de la incapacidad ejecutiva de hacer cosas, máxime cuando el dinero público existe después de una profunda reforma tributaria, es algo que también ocurre en este momento en Chile, Perú y Colombia, los tres países de la llamada Alianza del Pacífico, que de ser los de mayor crecimiento, han pasado a la cola de región a la luz de las proyecciones económicas de este año de la Cepal, que dice que al cierre del año, la tasa de crecimiento de la región habrá aumentado en 2,1%, según el ‘Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2023’, el problema es que Chile crecerá sólo 0,1%; Perú un poco más con 0,3%; y Colombia casi un punto con 0,9%.
Los tres están en la parte más baja de la tabla, que lidera Panamá con 6,1%, Costa Rica con 4,9% y Paraguay con 4,5%, que si bien son economías muy pequeñas, presentan mejorías permanentes.
La hipótesis de que los países de la Alianza del Pacífico vayan de mal en peor es que los tres experimentan crisis gubernamentales; Chile no sale de un limbo constitucional desde hace dos años; Perú cambia de presidente cada año y medio, mientras que Colombia, que experimenta su primer gobierno de izquierda, se ha encontrado con que las reformas no prosperan, son destructivas contra la economía y los ministros son incapaces de ejecutar el presupuesto.
Lo que hoy sucede en estos tres países es una muestra de que la política sí afecta el desempeño económico, más de lo que se piensa.
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