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Oro, café, petróleo y cacao, son algunas de las materias primas que experimentan inusuales repuntes en sus precios, auténticas bonanzas que hay que aprovechar para las vacas flacas
Los ministerios de Hacienda, Comercio y Agricultura, deberían tomar nota de estos precios: la tonelada de cacao está a US$10.839; el barril de petróleo Brent a US$90, el WTI a US$86; la onza de oro a US$2.400 y la libra de café repuntó hasta US$2,21, precios de materias primas que no se veían hace mucho rato y que son unos aliados de la economía colombiana que ha estabilizado la tasa de cambio del peso en torno a los $4.000. ¡Una tonelada de cacao vale más de $41 millones! Precio sorprendente si se logra que amplias zonas emprendan el fortalecimiento de este cultivo, pero para hacerlo -de cara a mejorar las exportaciones- se deben acelerar políticas públicas locales que garanticen créditos blandos, mejores prácticas agrarias, tecnificación, pero, ante todo, seguridad en las regiones que pueden convertiste en pequeños “países cacaoteros”.
El cacao se da en zonas de conflicto capturadas por la hoja de coca y marihuana, y los mercados internacionales están brindando una oportunidad histórica. Los países que más se está beneficiando de esta situación son muy similares a Colombia, sus vecinos Venezuela y Ecuador, y otros más distantes como Costa de Marfil y Ghana, que concentran cerca de 65% de la producción mundial. Pero la enseñanza más grande viene de la mano de la agroindustrialización que aún está pendiente en Colombia: Suiza y Bélgica son los países más exitosos en la transformación del cacao y han logrado que sus comestibles -léase chocolatinas- sean los más buscados en todos los mercados; lograron desde hace varias décadas comprar cacao barato y transformarlo hasta convertirlo en icono de países que no cultivan ni una sola mata de esta materia prima.
Lo mismo se puede decir del café suave colombiano que ya supera los US$2,2, pero son otros países que han sofisticado el consumo los que se benefician y han montado toda una cadena industrial en torno al grano; como es el caso de Italia y Alemania que tienen casi todo el mercado de las máquinas procesadoras de café. Vuelve y juega: producimos casi 14 millones de sacos, pero solo sabemos vender materias primas, la industria es de los países que no conocen un arbusto. En cuanto al oro, uno de los minerales refugio para los inversionistas, también experimenta una pequeña bonanza y Colombia tiene una buena producción de oro que no aparece mucho en el listado de las exportaciones; lo que tiene que hacer con este commodity es atacar la ilegalidad, la minería furtiva e ilegal depredadora del ambiente y aumentar las exportaciones. Los grupos ilegales están en donde hay hoja de coca y oro, ante un Gobierno Nacional que poco o nada ha podido hacer para que a las explotaciones auríferas lleguen empresas que garanticen divisas y seguridad a las comunidades. El mayor porcentaje de ilegalidad en la actividad minera de pequeña escala lo tiene el oro con 86%. Solo 14% de las más de 53 toneladas de oro producidas viene de la minería legal. La extracción de mineros artesanales, explotadores informales y organizaciones al margen de la ley manejan 80% del oro que exporta Colombia; un secreto a voces que hoy vive también su mini bonanza. Y por último está el tradicional petróleo, que el país debería acelerar su extracción y exportación para traer los capitales necesarios para reducir la pobreza y bajar las precariedades. Ojalá los ministros tomen nota de esta situación, que de lejos es muy buena para la economía: las bonanzas silenciosas.
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