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Sólo una semana tardó China en contestar la acción de Trump de elevar aranceles a productos de ese país, ahora el conflicto ha escalado con consecuencias para el comercio
Hace siete días el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó los aranceles a productos importados por su país de China y solo una semana tardó el país asiático en responderle. Así se libra la guerra de los aranceles que libran las dos economías más grandes del mundo y son duda alguno los motores comerciales del globo. Estados Unidos elevó los aranceles a los productos chinos de 10% a 25%, mientras que China anunció que a partir del 1 de junio establecerá aranceles de entre 5% y 25% a los productos estadounidenses por valor de US$60.000 millones, mostrando los dientes y desoyendo las advertencias lanzadas por el Presidente estadounidense quien le advirtió a China a que no tomara represalias o “las cosas solo irán a peor”.
Por supuesto, esta nueva batalla de la guerra de aranceles que le ha traído grandes beneficios al gobierno de Trump -quien ha llevado su economía a un gran momento- ya se siente en las bolsas de valores de todo el mundo y a un frenesí en la tasa de cambio de las monedas emergentes frente al dólar. Ayer los centros bursátiles se tiñeron de rojo con grandes descensos en Estados Unidos y una repercusión tardía en Europa que espera el impacto esta semana; todo depende de la composición de cada índice de las bolsas. Por ejemplo, en Londres o Madrid en donde es elevado el peso del sector bancario no se sintieron tan fuertes las repercusiones del tira y afloje arancelario, pero las que el componente es dominado por las tecnológicas si se empezó a sentir una vez se anunciaron las medidas. Un vistazo a lo ocurrido muestra que el Dax alemán cedió 1,52%; el Cac francés bajó 1,22%; el Mib italiano, 1,35% y el FTSE británico 0,55%. Los dos indicadores más perjudicados fueron el Dow Jones y el S&P 500 que rebajó hasta 2,4% y 3,3%, respectivamente. Todas las miradas están puestas en Apple y otras tecnológicas con factorías en China y de gran repercusión en las bolsas estadounidenses.
La cumbre del G20 que se realizará en Japón en junio puede ser el escenario para que chinos y estadounidenses se den una tregua y superen una guerra que tendrá repercusiones en todo el mundo. Si bien las negociaciones entre los dos países siguen en medio del fuego cruzado, el tono del presidente estadounidenses es más electorero y no ha medido sus palabras -muy ciertas- de que los chinos se ha aprovechado durante muchos años del comercio occidental: “China será dañada gravemente si no logra un acuerdo porque las compañías se verán obligadas a dejar China por otro país. Será muy caro comprar en China”. La gran preocupación ahora es que el gobierno chino ponga en venta los bonos estadounidenses, pues es uno de los principales acreedores al tener 20% de US$1,2 billones. Si esto ocurre habría una auténtica estampida de tenedores de papeles de renta fijas. A Colombia la guerra la ha tocado directamente por el mercado de divisas que ha llevado al peso a sus mínimos y a una fuerte revaluación del dólar. Otro de los temores es que China utilice la devaluación como arma de presión para responder a los ataques de Trump y esto afecte los mercados colaterales de los bienes primarios. Tanto el Banco de la República como el Ministerio de Hacienda deben estar muy atentos al entorno global para proteger a los empresarios y obviamente al peso, de tal manera que el país no sea arrastrado a estado de incertidumbre.
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