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Líderes distritales y Gobierno central deberían liderar un pacto por el metro para Bogotá. No más palos en la rueda.
La primera idea del metro para Bogotá cumplió seis décadas el pasado marzo, pero hasta la fecha ningún gobierno de orden nacional, como ningún alcalde mayor de la Capital han sido capaces o han logrado sacar adelante la obra más necesaria para casi diez millones de colombianos. Sobran las exposiciones de motivos económicos, sociales o políticos sobre la urgencia de un verdadero sistema de transporte masivo que no solo le dé dignidad a los usuarios y sea eficiente, sino que ayude a descongestionar de vehículos públicos y privados, una orbe destrozada en su red de vías y en donde reina la cultura de consumo de dos, tres y hasta cuatro carros por familia, en algunos sectores económicos. Si continuamos esta situación, llegará muy pronto el día en que Bogotá viva un verdadero infarto vial y vehicular con graves repercusiones no solo para la competitividad, sino también para la inversión.
Bogotá aporta 25% del PIB de Colombia y no cuenta con un verdadero sistema de transporte. Sólo promesas del Gobierno Nacional, proyectos por parte de la administración distrital y muchos sueños por los lados de los urbanistas y candidatos a la alcaldía. Es absolutamente irresponsable que muchos líderes políticos tradicionales de la Capital hagan prosperar revocatorias, protestas, animadversión y toda clase de resentimiento contra la administración actual, en lugar de organizar proyectos más cívicos como una cruzada por el metro para Bogotá o un pacto social por la reconstrucción de la ciudad. Bogotá no merece más palos en la rueda para el proyecto de metro, necesita de una clase dirigente que verdaderamente asuma el reto de dejarle un verdadero sistema de transporte masivo para el futuro. No podemos seguir siendo la única ciudad del mundo con cerca de 10 millones de habitantes que no tiene metro y que quienes se han opuesto a la idea sigan siendo los referentes de desarrollo.
El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) le ha dicho a los medios de comunicación que los estudios para el metro se han avanzado en un 80%, pero aún falta lo más importante y es un compromiso de todos: políticos, empresarios, líderes de opinión, en torno a tan necesaria obra que le cambiaría de una vez por todas la cara y la proyección a la ciudad más importante del país. Entramos en un etapa clave del proyecto en la que los opositores de oficio o con intereses como los empresarios de buses busquen a toda fuerza engabetar de nuevo el desarrollo del metro, es por eso que debemos estar atentos a que lo que pase con los US$35 millones destinados por el Distrito para los estudios, más los $2.500 millones que de invirtieron en los asuntos ambientales.
Es un verdadero reto: dejar atrás la mezquindad y construir entre todos el metro para Bogotá.
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