Calificación con margen de espera

Peter Drucker se hizo célebre, entre otros muchos aportes a las ciencias administrativas modernas, por decir alguna vez en sus escritos que “lo que no se mide, no se puede mejorar”, frase con la que parafraseó al físico inglés, William Thomson Kelvin, quien en los albores del siglo XX planteó dentro de sus tesis científicas que “lo que no se define no se puede medir; lo que no se mide, no se puede mejorar y lo que no se mejora, se degrada siempre”.

El tema viene a colación por los último resultados de la Encuesta Empresarial LR que este periódico realiza dos veces al año, en la que le pide a 650 empresarios de todas las ciudades y todos los sectores de la economía que califiquen al Gobierno Nacional y algunos de los funcionarios más importantes.

La más reciente versión de este 2018 sondea la percepción empresarial sobre la nueva administración, que ya completa cuatro meses al frente de los destinos del país. Una conclusión a priori del extenso diálogo con ese gran número de empresarios encuestados es que las calificaciones o notas asignadas a cada funcionario, incluyendo el Presidente y la Vicepresidenta, son de respaldo cerrado, margen de espera optimista, pero con un llamado de atención a enderezar lo realizado durante este comienzo.

Valga la pena decir que es la única encuesta, dada la gran muestra de participantes, que publica los nombres de los líderes empresariales entrevistados directamente por el equipo de periodistas del periódico, quienes durante el ejercicio de calificación del Gobierno, entablan una conversación más cualitativa que cuantitativa como puede ser una simple calificación o nota a una gestión que es relativamente temprana. Son las justificaciones de motivos a cada calificación las que determinan si están comprometidos o no con el buen desarrollo de un Gobierno Nacional que a penas arranca.

En ese orden de ideas, podemos decir que la inmensa mayoría de los consultados respalda en bloque al nuevo Gobierno y le dan un tiempo de espera prudente y necesaria para que empiece a ejecutar un plan de recuperación con crecimiento económico, que genere las condiciones necesarias para volver a realizar inversiones enfocadas al desarrollo y al bienestar.

Siempre como colofón de cada calificación llegaba la aclaración: “hay que esperar que mejore para que a todo el país le vaya bien”, palabras que se repiten de un empresario a otro sin importar el sector económico o la región en que se encuentre; a ese “hay que esperar”, se suma siempre la recomendación de que también es tiempo de enderezar las pequeñas cosas que no han funcionado durante estos 120 días de nuevo gobierno.

Los empresarios encuestados reconocen que al Gobierno Nacional le faltó hacer un verdadero corte de cuentas con su antecesor para medir los cambios. Cuando se califica al gabinete siempre se hacen comparaciones con sus antecesores o con sus pares actuales, lo que genera una suerte de lucha necesaria por los liderazgos temáticos al interior del Gobierno; aún hay ministros muy desconocidos, no solo en sus sectores sino entre los empresarios y cuando ocurre que no hay recordación de nombres ni ejecutorias, por lo general se califica mal.

Lo que no se califica no mejora y esa es la razón de esta encuesta que busca construir un puente entre las acciones de política pública y los empresarios que reivindican el papel del sector privado.