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ANALISTAS

Una procrastinación inaguantable

lunes, 21 de septiembre de 2015
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La labor de las superintendencias es de vital importancia para el funcionamiento de los mercados. Son organismos creados por la ley, con la autonomía administrativa y financiera que esta les señale. Sus funciones van más allá de inspeccionar entidades. También regulan para proteger a los usuarios y a las mismas empresas vigiladas.

Dado su poder de intervención, ha sido común ver que algunos gremios entablen enfrentamientos con las respectivas superintendencias alegando decisiones perjudiciales para el desarrollo de la libre empresa. Es recordado el caso de 2001, cuando el entonces superintendente de industria y comercio Emilio José Archila, renunció en protesta a la decisión del ministro de desarrollo, de retirarlo del estudio de la propuesta de alianza entre Avianca y Aces, cuyo resultado posterior el país conoce.

Por eso llama la atención que el Ministerio de Hacienda esté desatendiendo reiterativamente el llamado que los gremios del sector solidario le han hecho para que la Superintendencia de la Economía Solidaria -SES-, tenga un giro técnico y estructural, y sobre todo, que se nombre un nuevo superintendente en propiedad dado que este cargo está en interinidad desde hace nueve meses, lo cual es preocupante. 

Llama la atención y preocupa por tres hechos: 

1. No es común que las empresas le pidan al gobierno que regule y vigile, y este sector lo ha hecho permanentemente. En efecto, las pocas noticias negativas del sector provienen generalmente de empresas que han usado el apellido solidario, sin serlo. Un impacto reputacional en medios por el que nadie responde a la hora de la supervisión preventiva, siendo responsabilidad de la SES, vigilar incluso desde el nacimiento de la empresa, si esta cumple o no a cabalidad con la doctrina cooperativa y solidaria.

2. No se ven los recursos que esta entidad recoge para el cumplimiento de sus funciones. Solo en el año 2014 la SES recibió ingresos por $18.605 millones provenientes de sus vigilados, frente a sus gastos operacionales que ascendieron a $10.477 millones, es decir, obtuvo un excedente operacional de $8.128 millones de pesos. Así, la Supersolidaria hoy acumula, según cifras consultadas, más de $56.677 millones, que se encuentran invertidos en Títulos de Tesorería TES, mientras la entidad se ha quedó corta en personal para atender la dimensión de un sector solidario que supera los 7,5 millones de colombianos distribuidos en más de 6.000 empresas. Estas cifras contrastan con el presupuesto aprobado para la entidad en esta vigencia, según lo aprobado en la ley No. 1737 del 2 de diciembre de 2014.

3. No han encontrado un perfil técnico que cumpla además con otros requisitos para el cargo de supersolidario. ¿Qué pasa en la superintendencia del sector clave para el postconflicto, para que esta esté a la deriva por criterios políticos que parecen primar sobre los técnicos? La última superintendente renunció en diciembre pasado, pues según se anunció llegaría un exmagistrado del Consejo Electoral, pero esto no se dio, a lo cual el ministerio nombró a una persona encargada hasta que el Decreto 1297, anunció que se revocaba el nombramiento del exmagistrado para nombrar a una segunda superintendente encargada, la cual no aceptó y se termina por nombrar como nueva encargada a otra funcionaria de la SES, hasta hoy en día.

Esperamos que esta procrastinación termine pronto, por el bien de la misma SES y por este sector clave para el desarrollo del país.
 

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