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ANALISTAS

Reflexiones sobre el impuesto al patrimonio

sábado, 20 de septiembre de 2014
La República Más
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Hace poco me encontré con un buen amigo que estuvo vinculado con el sector público, casi siempre cerca del Ministerio de Hacienda.  Me invitó a tomarme un buen café.  Mientras caminábamos recordé que era un buen funcionario, responsable, estudioso y de buen criterio 

Hablamos, primero de cosas en las que de alguna manera nos tocó trabajar de cerca.  Más de una vez trajo a la memoria los errores que cometimos por falta de experiencia.  Luego de una breve pausa le pregunté sobre el nuevo proyecto del impuesto al patrimonio.  Del bolsillo sacó una hoja de papel y un lápiz y escribió  el siguiente ejemplo, en millones de pesos.

Me aclaró que en la tercera columna figura el impuesto al patrimonio según las tarifas del proyecto. En la cuarta el impuesto de renta, suponiendo que éstos generen una utilidad de 7,2% anual, que equivale a 2,4 veces la renta presuntiva. Aplicó una tarifa de 35% de renta teniendo en cuenta que parte de los gastos no son deducibles. Luego sumó los dos impuestos y en la última columna anotó el porcentaje que se pagaría con relación a la utilidad.

En el primer caso, la suma del impuesto al patrimonio más el de renta equivale a una tarifa sobre la renta de 41%, en el siguiente de 50%, luego de 63% y en la última de 66%.  Desde luego, agregó él, que según el Gobierno la simplicidad del impuesto al patrimonio justifica que las empresas con mayor patrimonio cancelen tarifas como éstas, pues así se mejoraría la educación y se atenderán los gastos que demande el pos conflicto.

Mi amigo me aseguró que el sector productivo estará de acuerdo con estas tarifas, pues son más que razonables, teniendo en cuenta que la paz verdadera lo justifica todo.

En conclusión, el desarrollo económico del país puede esperar como lo a hecho el pueblo Venezolano y nadie volverá a hablar de la conveniencia de gravar los dividendos, pues éstos por un tiempo largo desaparecerán, lo mismo que el ahorro.

Se refirió al Ministro de Hacienda y al Dr. Sergio Clavijo presidente de Anif, que están convencidos de que con el sistema Iman, los empleados de mayores ingresos pagaran más impuestos de renta que antes, lo cual no es verdad.

Al final de esta conversación quede tan aturdido que no me atreví a consultarle, si era preferible una sobretasa al impuesto de renta.

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