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ANALISTAS

La decisión de la Fed nos remonta a 1994

martes, 28 de junio de 2022

¿Son ustedes supersticiosos? La última vez que la Reserva Federal subió 0,75% sus tasas de interés fue en 1994. Ese año, que en México comenzó con el levantamiento zapatista, fue horrible para nuestro país. Digo horrible porque en 1994 se conjuntaron una grave crisis política con una hecatombe económica. Es el año del asesinato de Luis Donaldo Colosio y del derrumbe del “milagro” salinista. Ese año cerró con un desplome de las reservas del Banco de México y una devaluación del peso. Las reservas estaban en US$17.242 millones el 1 de noviembre y llegaron a un mínimo de US$5.854 millones el 21 de diciembre. Al horrible 1994 le siguió el horroroso 1995. Un año feo con personalidad, donde la palabra México estuvo asociada con El Efecto Tequila.

Le dimos de beber al mundo una botella con sabor amargo. Sospecho que era tequila adulterado.
No quiero darles pretextos a los supersticiosos, pero me parece relevante recordar qué pasó en 1994. Hace 28 años, la Reserva Federal subió siete veces sus tasas de interés. En ese momento, su presidente era Alan Greenspan. La tasa de referencia de la Fed pasó de 3% a 6% en 12 meses que empezaron en febrero de 1994.

Con ese movimiento alcista, el banco central de Estados Unidos se llevó a muchos países al baile. El primero de la lista fue México. No parecía un candidato obvio, pero sí lo fue. Entre 1992 y 1993, tuvimos un déficit comercial de US$48.200 millones. Ese desbalance se financiaba con enormes entradas de capital. Entre 1991 y 1993 llegaron a México alrededor de US$80.000 millones, de los cuales más de US$60.000 millones eran inversión en cartera y US$14.000 millones, Inversión Extranjera Directa.

El 1994 fue diferente desde el principio. El levantamiento zapatista nos hizo mirar al sur, justo en el momento en que entraba en vigor el Tlcan. El comandante Marcos se convirtió en un fenómeno global, pero no alteró la percepción de la comunidad financiera internacional. El asesinato de Colosio empezó a hacerlo. La semana posterior al crimen salieron US$11.000 millones del país. En ese momento, ya empezaban las alzas de tasas de la Fed y el salinismo llegaba a sus meses finales.

El déficit comercial no pudo seguir financiándose con entradas de capital y se recurrió a un instrumento que parecía una solución “ingeniosa”, los Tesobonos. Esa solución se volvió parte del problema. México acumuló US$30.000 millones de deuda de corto plazo. Fue imposible pagarlas sin sufrir. El escenario había cambiado. Teníamos inestabilidad política en lo interno y alzas de tasas de interés en Estados Unidos.

De regreso a 2022, la pregunta es lógica: ¿Estamos preparados para una cabalgata de tasas de interés en Estados Unidos? Cada vez que la Fed entra en espiral alcista, hay un país emergente que “truena”. En 1994 fue México. En 1998 fueron algunos asiáticos, entre ellos Corea del Sur. ¿Esta vez es diferente? Muchas cosas han cambiado desde 1994. Nuestra economía se ha diversificado y es ahora un importante generador de divisas por múltiples fuentes: exportaciones manufactureras, turismo y remesas.

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