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Kony 2012: ¿justicia o negocio?

sábado, 17 de marzo de 2012
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Un video de 30 minutos publicado en internet llamado Kony 2012 ha acaparado la atención de millones. ¿El objetivo? Ayudar a capturar a Joseph Kony en el 2012.
¿Quién es Joseph Kony? Presunto líder del rebelde Ejército de Resistencia del Señor Ugandés (Lord`sResistanceArmy o L.R.A en inglés). A Kony se le imputan atrocidades cometidas tanto en Uganda como en la República Democrática del Congo, la República Centroafricana y Sur de Sudán. Las atrocidades van desde mutilaciones a sus victimas, prostitución de menores hasta rapto y obligar a menores a pelear en la lucha armada. La Corte Penal Internacional lo tiene como los más buscados.

¿Quién está detrás del video? Invisible Children Inc. , organización sin fines de lucro con base en San Diego, California (USA), que desde el 2005 está "enfocada en proveer acceso a educación de calidad y mejorar la vida de las comunidades" afectadas por los enfrentamientos armados en el norte de Uganda. Una fuerza importante detrás de la organización es Jason Russell, cineasta de profesión.

La creación, ejecución y mercadeo detrás del video es curiosa y tema de estudio. El filme, claramente hecho por un cineasta, es impactante y bien ejecutado. Usaron, por ejemplo la técnica de la metonimia que es usar un símbolo o persona para representar un concepto complejo. El uso del niño de Uganda para mostrar el horror de los niños en la guerra fue un mecanismo efectivo y sicológicamente impactante para que nos identifiquemos con un problema complejo. Además el uso de la música, gráficos y edición apela a nuestras emociones y creencias.

Además de su ejecución, el apoyo celebridades, la Casa Blanca, el uso de las redes sociales, adolescentes y jóvenes "retuitiando" los mensajes y el carisma de Jason Russell claramente son base para que el video tenga más 70 millones en una semana.

Se cuestiona el filme
Pero, cuando más se busca persuadir a los sentimientos y generar una reacción inmediata, menos se aboga a la realidad. Y aquí esta claro que Hollywood es especialista entreteniendo, no informando. A Invisible Children no solo se le cuestiona por tergiversar los hechos sino obviar otros.

Para nombrar algunos, por ejemplo: la región esta en paz hace mas de seis años y rebelde ejército de resistencia del señor ugandés se ha básicamente evaporado. El filme usa imágenes presentadas como si fueran actuales cuando son del periodo bélico. En el filme se usa las declaraciones se un político llamado Okot Santo Lapolo, actual comisionado de la región Acholi obviando que a él se le cuestiona el trato a los críticos. Además, es leal a YoweriKagutaMuseveni, Presidente de Uganda desde 1986, donde este  es seriamente cuestionado respecto a los derechos humanos. El filme tampoco dice que Uganda sufre de corrupción política, cuestionable administración económica del régimen de Museveni, prostitución, pobreza, enfermedades que afectan la población exista o no exista Joseph Kony.

Se cuestiona las finanzas
Y también hay cuestionamientos sobre la administración financiera de la organización.

Según CharityNavigator, firma evaluadora de organizaciones sin fines de lucro en USA, indica que hay poca independencia de los miembros del directorio y no existe un comité auditor independiente que revise los documentos financieros para confirmar lo que dicen los auditores.

Segundo, la organización esta registrada como 501(c)(3) lo que la hace exenta del pago de impuestos y permite que los donantes tengan el mismo privilegio. Pero, este privilegio es para organizaciones que no participan en ninguna campaña o en contra de ningún candidato político. ¿Porqué Invisible Children puede hacer una campaña contraria a su objetivo y a la vez seguir gozando de la exención contributiva?

También se cuestiona la relativa poca cantidad de dinero que realmente va a los programas en África. Vamos con los números.

En el 2011, la organización reportó US$13,765,177. De esto,  26%  proviene de donaciones generales, 24% de venta de productos y 41% de becas, patrocinios, etc.
¿Gastos? US$8, 894,630. Cerca del 37% son gastos directos en programas de ayuda a Uganda. Lo demás son para hacer la película, campañas de publicidad, eventos públicos, medios, salarios, pagina de web, fabricación de los productos, etc. ¿El ahorro? US $4,870,547.

¿Cómo una organización que ingresa más $13 millones en el 2011 con donaciones y vendiendo productos  sólo gasta $2,6 millones en programas directos que benefician niños y niñas en África central? ¿Cómo confirmar que hay una buena administración financiera cuando no existe un directorio independiente y un comité auditor que revise los libros?

Por eso, es racionalmente valido cuestionar si detrás de la excelente, curiosa y creativa campaña Kony 2012, se concentra un negocio que usa magistralmente la manipulación emocional para beneficiar el bolsillo de otros y no a las comunidades afectadas.

Toma nota.

Xavier Serbiá
Analista

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