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ANALISTAS

Inflación y desabastecimiento en Venezuela

jueves, 18 de septiembre de 2014
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De acuerdo con el presidente de Fedecámaras de Venezuela, señor Jorge Roig y de muchísimos otros compatriotas suyos, la inflación en Venezuela superará en 2014 60% y el desabastecimiento en alimentos, medicamentos y elementos de aseo ya se aproxima a 70%, esto es, padecen según él la tormenta perfecta como consecuencia de su nefasto socialismo bolivariano. 

Para nadie es un secreto que Venezuela está al borde de no pagar sus deudas, esto es, de entrar en ‘default’. Prueba de ello radica en la oferta de venta de Citgo, la refinadora y comercializadora de petróleo del gobierno venezolano en Estados Unidos, con el fin de evitar que  la embarguen cuando incumplan. Según el diario El Universal, el presupuesto del gobierno central para 2014 han tenido que reajustarlo en 56% en lo corrido del año, subirlo de 550 millardos de bolívares fuertes a 870 millardos. La tasa de cambio del Sicad II seguramente pasará de 6,30 a 50 BF/dólar.  El dólar negro se avecina a los 80 BF/dólar. 

Los párrafos anteriores resultan inexplicables en un país como Venezuela, con un ingreso per cápita en 2013 de US$14.500, mayor que el equivalente de Colombia de solo US$7.900 por persona. Estas cifras se obtienen en la página web del Banco Mundial, entidad que en 2013 le reportó un PIB de US$438.000 millones a una población de 30 millones de venezolanos. En tanto que a Colombia le asignó US$378.000 millones de dólares para una población de 48 millones de colombianos. 

Queda claro que Venezuela figuró y figura como un país cuyo ingreso per cápita en 2013 casi que duplicó el de un colombiano. Queda claro que en Colombia, por fortuna, no padecemos todavía las tormentas perfectas que desatan las dictaduras castro-chavistas. Cabe entonces preguntar, ¿cómo hacen los chavistas para dilapidar o para robarse tantos miles de millones de dólares?

 Causas más profundas de la situación actual que el petróleo gratis que les retribuyen los cubanos con sus ‘médicos pastillitas’ y sus ‘militares castristas’ considero que provienen de los ‘exprópiese y nómbrese gerente un militar incompetente´ del irresponsable Chávez. Porque así  quebraron o atemorizaron las modestas producciones privadas que existían en un país petrolero, desde siempre muy afectado por la enfermedad holandesa. Se quebraron, además, al no poder resistir los precios subsidiados de las ineficaces importaciones del gobierno venezolano.   

El monopolio del gobierno chavista sobre las ventas de dólares por temor a la fuga de capitales les ha impedido reponer sus inventarios a numerosos importadores privados que abastecían el mercado oportunamente. No olvidemos que cerca de 25% de los habitantes de Venezuela afirman no tener hoy necesidad alguna para trabajar, les basta solo con votar por el socialismo bolivariano.   

Alguna parte de las cuantiosas riquezas que todavía reciben los venezolanos, a pesar del despilfarro, no resulta improbable que parte de ellas terminen en los bolsillos de quienes detectan el poder. Se considera sospechoso el afán de Chávez y de Maduro para que el gobierno del presidente Santos les enviara al narcotraficante Walid Makled y para que Aruba les entregara al poderoso exgeneral Hugo Carvajal, con el propósito claro de encubrir los negocios del ´cartel de los soles’, el narcoestado de Caracas.  

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