Elegir el kilometraje

La elección del kilometraje por semana es un poco difícil. Muchos corredores piensan que correr más es mejor, pero lo más importante es correr el mínimo de kilómetros necesarios para poder hacer la mejor carrera posible. Lo mejor es no pasar del máximo, pues cada kilómetro extra, aumenta el riesgo de lesiones.

Si el objetivo solamente es terminar la carrera, se pueden correr menos kilómetros que si queremos mejorar nuestro récord personal. Cuando el kilometraje semanal incluye entrenamientos duros de pista, carreras a paso controlado y repeticiones cortas, la recuperación es más difícil que si realizamos la misma distancia en trabajos suaves aeróbicos. Por eso, cuando se hagan entrenamientos intensos debemos reducir el kilometraje.

Los entrenamientos que se parecen menos al ritmo de competencia, ayudarán menos al ritmo de carrera. Si corremos distancias largas y lentas, seremos eficientes en correr lento y largo, pero perderemos habilidad para correr 5km rápido.

Para evitar lesiones cuando subimos el kilometraje tenemos que empezar lento y permitir que el cuerpo se acostumbre al incremento de la carga. Algo bueno será añadir dos kilómetros para cada entrenamiento semanal y dejar dos semanas al mismo nivel antes de agregar más kilómetros. Si corremos cuatro días a la semana podemos añadir 8 kilómetros a la semana.

Por ejemplo, en el caso de un corredor profesional que entrena para una prueba de 10km, deberá correr por semana entre 110km a 130km; y un corredor aficionado, entre 45km a 60km semanales. Por otro lado un corredor profesional entrenando para un maratón deberá correr entre 160km a 180km por semana. Y un corredor aficionado entre 70km a 90km semanales. El número de días de entrenamiento y el kilometraje semanal siempre estarán en función del nivel de forma de cada corredor y de los objetivos que cada uno tenga; no es tan importante realizar demasiados kilómetros por semana como haber entrenado de forma constante durante varios meses seguidos.