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ANALISTAS

El Dane hace su lista de compras

lunes, 23 de mayo de 2016
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En julio de este año el Dane inicia la Encuesta de Presupuesto (EP), el nuevo avatar de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (Enig), que se realizó por última vez entre 2006 y 2007. Se encuestarán 60.000 hogares en todo el país a lo largo de un año, hasta mediados de 2017. La información de la EP provee insumos para el diseño de otras encuestas y de un sinnúmero de políticas públicas, entre ellas la canasta de consumo básico, el Índice de Precios al Consumidor y las líneas de pobreza monetaria. Dicho de otra manera, con los resultados de la EP habrá que recalibrar nuestras mediciones de precios y pobreza monetaria, entre otras, y las políticas públicas que usan esas mediciones.

La EP es una encuesta pesada y compleja. Para identificar los patrones de consumo, a lo largo de 15 días cada hogar escogido se visita varias veces, y se le deja tarea. En las visitas se pregunta qué ha comprado, cuánto pagó, y se contrasta con información de ingresos. A usted le piden que guarde las facturas del supermercado, para revisar la información directamente de la tirilla. Le piden también que lleve una especie de diario de compras y gastos detallado: cuánta fruta, cuánta crema dental, cuántas libras de arroz. ¿En paquetes de una libra, o de dos, o de cinco? Cada entrevista puede durar varias horas. Los 60.000 hogares se espacian a lo largo de un año para capturar las estacionalidades del consumo, por región, según nivel de ingreso de los hogares.

Con lo que aprendamos de la EP, el Dane cambia la canasta de consumo de los hogares, que es la lista de compras con la que luego sale a preguntar los precios para el IPC. Los ítem obsoletos se dejan de preguntar; otros nuevos se incluyen. La mayoría se mantiene, pero su relevancia dentro del gasto del hogar cambia: puede que hoy se consuman menos, o que se hayan abaratado (o encarecido). Algunos se siguen llamando igual pero el producto es distinto: un celular hoy no es lo mismo que hace diez años. 

También habrá que recalibrar la línea de indigencia, que corresponde al valor del consumo mínimo necesario de alimentos por persona, y la de pobreza, que incluye alimentos y otras necesidades. Eso necesariamente requerirá una recalibración del conteo de hogares indigentes y pobres.

Es una lástima que esta EP no haya podido esperar que se realizara el censo de población; habría sido bueno que los 60.000 hogares se escogieran con base en información censal fresca. Pero eso habría implicado una espera de un par de años, que no es conveniente dada la desactualización de la canasta de consumo de los hogares. Es oportuno hacerla ahora. 

Los colombianos de a pie tenemos que poner nuestro grano de arena en esta medición. Uno de los retos de la EP será evitar aburrir a los hogares. Es importante que se complete el ciclo de 15 días y que la información se registre diligentemente. Pero entrevistas de tres horas no son cómodas, y es comprensible que la gente se esconda cuando ven venir el encuestador. Cooperar diligentemente con el Dane paga; esta medición estará vigente por otros diez años.

El sistema de estadísticas colombiano es muy bueno, y funciona en un entorno adverso: es muy difícil generar estadísticas en un país con tanta informalidad. La Encuesta de Presupuesto es uno de los hitos que sustentan ese sistema. Cuando llegue el encuestador, ábrale la puerta, invítelo a un tinto; su trabajo es duro y de cuidado. Trabaja para usted.

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