Los nuevos pueblos calificados como los más bonitos de España para el inicio de año

En parajes naturales que enamoran, con plazas rodeadas por casitas de piedra, con monumentos de gran belleza arquitectónica o con unas tradiciones y un patrimonio de los que hay que ser testigos. Un año más, la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España ha escogido, en una asamblea celebrada en Chinchón, las nuevas localidades con más encanto para 2023. Estas se unirán a las 105 que ya conforman esta entidad destinada a dar a conocer algunos de los lugares rurales más bonitos de España.

Durro, Lleida

Durro es oficialmente uno de los pueblos más bonitos de España. Se encuentra en el Pirineo catalán, concretamente en el valle de Boí, un punto de la geografía catalana muy conocido por su arquitectura medieval. El municipio se encuentra a 1.300 metros de altura y cuenta con tan solo ochenta habitantes, un lugar tranquilo para respirar paz y aire puro.

Visitar el pueblo de Durro es como hacer un viaje al pasado, en el que casi puede ponerse uno en la piel de un campesino de la Edad Media que caminaba por esas calles empedradas que llevan a la iglesia de la Natividad y a la ermita de San Quirce. Esta riqueza patrimonial está incluso avalada por la Unesco al haber sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad.

Quienes acudan a Durro harán bien en contemplar todos los restos que han quedado y que se preservan desde hace siglos. Como es el caso de la ermita de San Quirce, que proviene del siglo XII. Además de la también mencionada iglesia de la Natividad, el punto principal del pueblo, con un campanario impresionante, donde se realizan visitas guiadas.

El Burgo de Osma, Soria

Otra de las incorporaciones a los pueblos más bonito de España para 2023 es El Burgo de Osma, una localidad de Soria donde hay mucho que ver y disfrutar. Con casi 5.000 habitantes, este municipio cercano a los ríos Ucero y Abión, todavía conserva las murallas que lo protegían en el siglo XV.

El Burgos de Osma es una excelente representación de la cultura soriana, especialmente de su gastronomía, que podrá degustarse en sus comercios. Visitar este pueblo, recorrer la calle Mayor y no probar sus famosos torreznos es un pecado.

Destaca también su extraordinario patrimonio arquitectónico, que va más allá de su ya impresionante muralla. Una buena muestra de ello son su catedral gótica, que requiere de un recorrido por su interior, su Plaza Mayor y el castillo que se encuentra a las afueras.

Trévelez, Granada

En la Alpujarra, a unos cien kilómetros de la ciudad de Granada, se encuentra otro de los nuevos pueblos más bonitos de España, Trévelez. Lo primero que llama la atención, además del entorno natural y rural en el que se ubica, es la blancura de sus casas, un paisaje uniforme que contrasta con la montaña.

En Trévelez se puede apreciar mejor que en ninguna parte la clásica arquitectura de la Alpujarra, repleta de calles empinadas que se amoldan a la montaña y con casas blancas. De hecho, el pueblo cuenta con el título de ser el más alto de España, ya que se ubica a 1.476 metros de altura.

Los visitantes disfrutarán de la gastronomía autóctona, especialmente gracias a las degustaciones de jamones que caracterizan al pueblo, reconocidos con Indicación Geográfica Protegida. También se recomienda descubrir sus senderos y laderas, además de la iglesia de estilo mudéjar.

Arties, Lleida

Otro pueblo de Lleida y también ubicado en el Pirineo catalán, pero esta vez se encuentra en el valle de Arán. Arties cuenta con una peculiaridad que solo comparten en torno a treinta municipios de toda España, una lengua propia: el aranés. Esta es hablada en la localidad por sus 500 habitantes.

Para visitar esta localidad habrá que ascender hasta el Alto Arán, lugar en el que se encuentran el río Valartíes y el río Garona que corre junto a las casa de Arties. Una de las razones por las que el entorno natural del pueblo es tan encantador. Un aspecto en el que merecen una mención especial sus aguas termales, en las que es posible bañarse.

El casco antiguo de Arties cuenta con un aire renacentista y una fuerte presencia de la influencia religiosa en su arquitectura. Aunque en su iglesia, Santa María de Arties, se aprecia con claridad la corriente románica. Sin duda, un lugar para perderse y explorar.

Castrojeriz, Burgos

Castrojeriz posiblemente no sea un nombre desconocido para quienes hayan emprendido alguna vez el Camino de Santiago, ya que es uno de sus puntos más relevantes. Este pueblo de Burgos se caracteriza por la peculiaridad de están conformado por una larga calle de dos kilómetros. A un lado y a otro se encuentran los hogares de sus vecinos y todo aquello que un peregrino pueda necesitar.

Merece la pena recorrer sus rincones y visitar la plaza Mayor. Aunque si por lo que se acude a esta localidad es a causa del Camino de Santiago, una visita guiada es la mejor opción. En ella se identificarán los principales hitos y se informará acerca de lo importante que era Castrojeriz para la ruta Jacobea, en gran medida debido a los numerosos hospitales de peregrinos que tenía.

Los alrededores de Castrojeriz no se quedan atrás, un entorno de laderas, colinas y colinas, entre las que se encuentra un castillo, que ofrece unas impresionantes vistas que merece la pena no perderse.

Garós, Lleida

Uno más de los encantadores pueblos del valle de Arán ocupa su merecido puesto en este listado, Garós, en Lleida. De lo más parecido que puede encontrarse a una aldea de cuento, con casitas de una estética homogénea que se amontonan a los pies de la montaña de Espiargo.

La arquitectura de Garós es tradicional, con tejados de pizarra negra que crean un efecto fascinante. Sin embargo, de entre el pueblo destaca la iglesia Sant Julian y su majestuoso campanario, construida en el siglo XII.

Una vez explorado el pueblo de Garós conviene poner la mirada en sus alrededores, como el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, así como otros de los pequeños pueblos del valle de Arán.