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Han pasado 1.065 días desde el 19 de febrero de 2012 sin que suene la banda que anuncia la presentación de los toreros en la Plaza de Toros La Santamaría de Bogotá. También 1.065 días, sin que el sol radiante se pose sobre la arena y las ventanas del emblemático edifico Torres del Parque lo proyecten. La afición asistente recuerda haber salido encantada por las corridas de ‘El Juli’ con toros de César Rincón que también torearon Pepe Manrique y Alejandro Talavante.
Los días que en Bogotá los toreros no han citado a los animales que pueden pesar hasta 500 kilos, han sido varios y las cifras lo evidencian. Para Carlos Barbero, propietario de la Ganadería Santa Bárbara, en un año en Bogotá se requieren 50 toros para las seis corridas y una novillada; más lo que se necesitan para el Festival de Verano que se realiza en agosto con tres novilladas y una corrida, utilizando unos 30 ejemplares: para convertir a Bogotá en la Plaza más representativa del país y en América, incluso por encima de la Monumental de México.
Aunque en Bogotá se suspendió la venta de abonos y boletos para asistir a las corridas por una medida del Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, en otras ciudades donde es permitido los habitantes no lo están haciendo con el fulgor de años atrás.
Para Iván Parra, comentarista taurino y crítico de la llamada “fiesta brava”, hay muchos intereses para que la tauromaquia se acabe. Desde empresas multinacionales de alimentos para perros como de ONG´s que financian desde campañas políticas como personas para que difundan el mensaje antitaurino en los colegios de la ciudades como en Bogotá.
Ante esta realidad, muchas de las ganaderías han optado por comerciar ganado lechero e irse desprendiendo del negocio de los toros de lidia. Según estadísticas de ganaderos en Colombia, por la suspensión de las corridas de toros en la capital colombiana, 60% del ganado de los criaderos de toro de lidia ha desaparecido y 40% está reduciendo su producción.
Aunque la Corte Constitucional definió el futuro de las corridas de toros en Bogotá, personas del mundo taurino como Felipe Negret, gerente de la Corporación Taurina de Bogotá, saben que volverán los toros a La Santamaría a partir del primero de enero de 2016.
Aunque la Corte en fallo de tutela T- 296 del 2013, pero notificada en el 2014 ordena: “restituir de manera inmediata la plaza de La Santamaría como plaza de toros permanente para la realización de espectáculos taurinos y la preservación de la cultura taurina, sin prejuicio de otras destinaciones culturales y recreativas que alteren su destinación principal”, la onda antiaurina ha invadido varias ciudades del país.
Si en Bogotá llueve, en Medellín no escampa. Una de las ciudades con mayor tradición taurina en Colombia en años como 2011, 2012 y 2013 hubo ascenso en la asistencia y había lleno completo, pero apenas el año pasado asistieron en toda la temporada 14.500 personas durante los seis encuentros.
Para Sergio Tobón, director ejecutivo de Cormacarena, muchas de las empresas se han inhibido de pautar en la Plaza La Macarena porque muchas de los productos que comercializan o los servicios que ofrecen son castigados por los consumidores por medio de campañas agresivas en redes sociales y en diferentes escenarios de la capital de Antioquia.
En la misma dirección, Carlos Fernando Vega, director de la Revista P&M, aseveró que “no hay que desconocer las tendencias del ciudadano-consumidor y hay espacios de valor agregado en los cuales existen ambos, uno de ellos son las plazas de toros. A raíz de ese furor por la defensa de los toros muchas marcas y empresas han evaluado la identidad corporativa y de la marca y van en contravía que por ende no le permite estar ahí”, puntualizó el experto.
Santiago Tobón, director ejecutivo de Cormacarena, afirma que parte de la no asistencia de las personas a las corridas de toros se debe a que: “gran parte de los alcaldes de ciudades como Bogotá y el de Medellín, Aníbal Gaviria, han usado el discurso de los antitaurinos como argumentos para obtener votos y sacar réditos políticos. Cuando yo iba hasta con el propio Aníbal a la Plaza de Toros de Medellín”.
Tobón remata diciendo que la crisis ha sido tan fuerte que los grandes toreros han tenido consideración con la baja asistencia que se está presentando en Colombia, que ya realizan presentaciones por el 30% o 40% menos de lo que valen sus apariciones en la arena.
Para Felipe Negret, gerente de la Corporación Taurina de Bogotá, sabe que faltan 11 meses y 11 días para que los toreros entren por la puerta grande de la Plaza de Toros la Santamaría, y guarda la esperanza de que se vuelva a recuperar el negocio.
Colombia, un país con tradición de toros
El toreo es una práctica que se estableció en Colombia desde el siglo XIX y en la actualidad en el país existen corridas en 800 municipios donde se realizan fiestas taurinas. Así ocurre en ciudades como Cartagena, Popayán, Palmira, Sogamoso y municipios como Duitama (Boyacá), Cúcuta, Chinácota, Pamplona, Toledo (Norte de Santander), Purificación (Tólima), Aguazul (Casanare) y Choachí (Cundinamarca).
Las opiniones
Carlos Fernano Vega
Director de p&m
“La esencia de las marcas es el consumidor, y si sabe que se tienen unos valores y unas creencias, como empresario quiero que mi cliente me asocie con cosas positivas”.
Alfredo Domínguez
Presidente de la plaza de toros de cali s.a.
“Queremos llegar a nuevas empresas que nos ayuden a financiar la fiesta brava. Puede ser las empresas de telecomunicaciones como Tigo, Movistar o Claro”.
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