Festival de Música Barroca, plan para vivir en 2014

Pararse en la plaza principal de San Xavier y de Concepción es como retroceder unos 250 años.

En palabras, simples es remontarse a 1767, año en que los jesuitas ya tenían construidos sobre este suelo boliviano siete imponentes templos bajo el estilo barroco mestizo.

Estos marcarían la historia de las misiones jesuíticas -más de siete- fundadas por esta orden en la región de Chiquitos o Chiquitania del departamento de Santa Cruz, al noreste de Bolivia.

Son las únicas sobrevivientes de las conformadas por los jesuitas en América entre finales del siglo 17 y en el 18; y son las únicas que hoy dan fe del paso y la huella que estos misioneros dejaron en una región a la que llegaron con un único propósito: evangelizar a la población indígena que no acababa de asimilar la conquista. La primera población misional (también llamada reducción) fue San Xavier, fundada en 1691 por el padre Martín Schmid. Los sacerdotes llegaron a aprender el idioma y las costumbres de los pobladores, de ahí su éxito y aceptación, pero también a enseñar oficios y a catequizar utilizando un arma tan contundente como efectiva para conquistar al aparente difícil pueblo aborigen: la música, para ser exactos la barroca.

'Será por ello (la música) que las misiones bolivianas nunca murieron”, cuenta Cynthia Otálora, una guía que lleva más de 10 años moviendo turistas, la mayoría extranjeros, entre la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y la región de Chiquitos. San Xavier es la primera misión que se encuentra el viajero en el circuito cuando se sale desde Santa Cruz de la Sierra. Está ubicada a unos 250 kilómetros de esta capital. Para 1752 la misión jesuítica tenía ya su templo y funcionando la primera escuela de música, fundada por el padre Schmid, que reconoció rápidamente una estrecha afinidad de la población joven para interpretar la música. Esa apasionante simpatía hoy se mantiene.

A esta misión le siguieron San José, San Rafael, Concepción, San Miguel, San Ignacio y Santa Ana, construida luego de la expulsión de los jesuitas, entre las más destacadas. Todas hoy son pueblos vivos con habitantes que siguen conservando la costumbre de ir a misa en los mismos templos construidos por los jesuitas hace más de 200 años (restaurados entre 1972 y 1999 por el arquitecto Hans Roth); y asistiendo a los conciertos de música barroca, interpretados por los mismos chiquitanos, como cuando estos sacerdotes mandaban en las misiones tres siglos atrás. Por ello, pararse en las plazas principales de alguna de estas reducciones frente a las iglesias es como si el tiempo no hubiera pasado.

La música barroca
La conservación de los pueblos vivos, de los templos y de la tradición musical barroca, concentrada en la enseñanza instrumental y vocal y la elaboración de instrumentos, llevó a la Unesco a declarar seis de esas misiones como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1990. De hecho, este es el escenario del Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca más importante de América. De ello dan cuenta las más de 5.000 piezas rescatadas sobre las que se basa el Festival. El evento se realiza en año par y a 2014 le tocará el turno. Serán 11 días, entre los meses de abril y mayo, en los cuales más de 800 músicos del mundo, de unas 40 orquestas, interpretan las más exquisitas piezas barrocas, incluidas las rescatadas durante la restauración de los templos. La Asociación Pro Arte y Cultura de Bolivia, Apac, señala que para el próximo años serán más de 140 conciertos simultáneos que se darán en 18 sedes.

Arquitectura que refleja el mestizaje
Los templos misionales son el principal atractivo turístico de las Misiones de Chiquitos, y aunque los jesuitas impusieron la arquitectura barroca, en el estilo de construcción se destaca la utilización de materiales y figuras propias de esa zona boliviana. Todas las iglesias tienen tallados diferentes y para construirlas se utilizaron 200 árboles quebrachos, una madera dura y la más densa del mundo. No flota. Los pilares o columnas de los templos miden entre 4 y 12 metros.

Las opiniones

Jesús Enrique Bailaba
Aprendiz de música de concepción
“Las clases de música son gratuitas y mi sueño es tocar en uno de los grandes conciertos que realizan”.

Bolívar Carvalho Suárez
Vicepresidente de asociación Pro Arte y Cultura
“Una de las características del Festival, es que un porcentaje de lo que se interpreta debe ser un repositorio de las Misiones”.