“Esperamos superar la barrera de los 500.000 visitantes en la Feria del Libro de Cali”

Hace 10 años por primera vez un grupo de amantes de la lectura se congregó en Cali alrededor de los libros, la literatura y las conversaciones sobre su importancia en la primera Feria Internacional del Libro de Cali, Fil Cali. Hoy, una década después, la Feria busca reunir a 500.000 visitantes a las orillas del Río Cali en 5.200 metros cuadrados con 34 carpas entre auditorios y pabellones, con una programación que irá desde el 24 de octubre y hasta el 3 de noviembre, donde además habrá novedades como el pabellón para niños custodiado por la nueva mascota oficial del evento: Fili. En esta ocasión, el país homenajeado es Colombia.

Paola Guevara, directora de la Fil Cali, habló sobre la decisión de que Colombia no solo fuera anfitrión, sino también el homenajeado, la barrera de visitantes que esperan superar y la importancia de la empresa privada como principal aportante para la realización de este evento.

¿Cómo ha sido el crecimiento de la Feria en estos 10 años?

La feria en 10 años pasó de tener 19.000 visitantes a 450.000. Llevamos dos años intentando rebasar la barrera de los 500.000 visitantes, nos ha sido esquivo y yo espero que este año, cuando la luz es Colombia, lo podamos lograr.

¿Cuál ha sido el recorrido para llegar a 10 años de feria?

Hay tres momentos en esta feria. El primero, su creación, que yo creo que fue la parte más difícil, que fue Juan Camilo Sierra, desde cero poner a rodar una feria. A él Cali le debe mucho, está en el cielo, murió 15 días antes de la feria número seis, no alcanzó a ver su sexta hija, pero nos dejó este legado.
Luego vino Andrés Sarmiento, al que le tocó la Feria en pandemia y en estallido social.

Sin él tampoco estaríamos aquí porque a le tocó el peor año de la feria. Nadie creía en Cali, las editoriales no querían venir, los escritores reacios por lo que pasaba en Cali, noticias de violencia. Él de verdad con un equipo muy fiel logró que el primer evento masivo al que la gente salió después de la pandemia fue la Feria Internacional del Libro de Cali.

La fase mía, que llevo cuatro años, creo que se llama la expansión, porque nos pasamos al Bulevar del Río, las cifras crecieron, hubo más autores, pero ¿por qué? Porque estamos montados sobre hombros de gigantes que pusieron unos buenos cimientos.

¿Por qué se eligió a Colombia como país homenajeado?

Esta elección no fue nuestra, sino del rector de Univalle que nos dijo: yo noto al país muy polarizado, es un año de desconfianza entre los ciudadanos, duro y han pasado unas noticias muy horribles para Cali también en materia de violencia, yo les quiero pedir que este año sea Colombia porque es el año 10, una idea maravillosa, somos muy afortunados.

¿Cuál es la derrama económica que deja esta Feria?

Hay ferias que tienen muchos años, como la Feria de Libros de Madrid o Buenos Aires, que ya hablan en millones de dólares, US$6 millones de libros vendidos, cifras de ese tamaño. Nosotros somos una feria joven que tiene 10 años, pero ya vamos en cifras muy apetecibles. Por ejemplo, el año pasado se vendieron 66.000 libros en papel lo cual es increíble para un país y una ciudad que supuestamente no lee.

¿Qué inversión tiene un evento como la Fil Cali y cuáles son sus principales aportantes?

Un evento masivo en Cali puede costar miles de millones, mientras que aquí la hacemos con muy pocos recursos, tenemos gran cuidado con el dinero de todos y 70% de los recursos que gastamos viene de la empresa privada.

Sin sector privado no existiría la feria tal y como es, porque la gran emoción de las empresas como Tecnoquímicas y Celsia, que este año va a apostar por un mega pabellón de charlas, creciendo su participación de una forma apoteósica.

También están todas las empresas regionales que apoyan, participan y que también han entendido que así ellos no vendan libros, sino energía, dulces, acero, carros o son un banco, de todas maneras el libro es eso en lo que todos cabemos y el libro es de todos.

En la medida en que una empresa privada apueste por la feria, está apostando por el ecosistema que nos permite ser ciudadanos, tener un encuentro de paz, de relatos, de palabras. Entonces, ellos, creo yo, que están muy conscientes de que esta es una de las pocas ferias que existe donde están invirtiendo en la democracia.